Cuéntame un cómic y verás qué contento
La librería Akira celebra cada mes un cuentacuentos de superhéroes para fomentar la lectura infantil y buscar actividades paralelas que llenen la librería
Los carritos llenan el piso de abajo y arriba unos 40 niños se sientan en círculo mientras sus padres echan un vistazo a las estanterías. Akira cómics (Av. De Betanzos, 74), nombrada en 2012 la mejor tienda de tebeos del mundo, muestra una estampa que sus fieles clientes no están acostumbrados a ver. Un sábado al mes celebran un tradicional cuentacuentos, con un pequeño giro: los protagonistas son superhéroes. Los Vengadores y Los siete cabrilitillos son más similares de lo que parece.
"Todos somos mutantes". Comienza el cuento de marzo. Los niños responden al unísono: "los X-Men". Carmen Huertas elige a la Patrulla X para contar una historia sobre individualidad. "Siempre había escrito, pero nunca para niños. Mi hijo tiene dificultades de aprendizaje y descubrí que con un cuento era capaz de entender las cosas más complicadas. Empecé a inventarlos y con el tiempo lo hice en su colegio". Huertas acabó reconvertida en narradora. "Con un cuento todo se aprende mejor".
"En España todavía se cree que los cómics son de niños, pero nuestra clientela tiene bastante más de veintitantos", reconoce Jesús Marugán, librero que hace 22 años decidió hacer de su establecimiento especializado un negocio familiar. Sus padres, hoy también ayudantes en la tienda, les imprimieron su afición, con pasión e historias. "Me enseñaron el ajedrez y me contaban Fundación de Isaac Asimov. Poco a poco, comencé a hacerlo yo". Él y su hermano hacen ahora lo mismo con los hijos de los clientes.
Pero la iniciativa supera a lo didáctico. "Hacemos cantera. Los puntos de venta somos centro de reclutamiento. Cuando abrimos, no había competencia. Con Internet, a los niños les cuesta coger un libro", relata Marugán. El 35% de los españoles no lee casi nunca, advertía el CIS de enero.
La capilla sixtina de Akira cómics, la campaña que lanzaron en 2014.
Como hacen otras librerías, Akira busca alternativas para aplacar la crisis del sector. "Aprendí a leer con manuales de informática, y fuimos de los primeros con Internet", recuerda el librero. Entre el traje de Darth Vader que se utilizó en La Comunidad y bajo la capilla sixtina del cómic que corona la tienda, aparece una pequeña cafetería. Las baldas están llenas de juegos de mesa que vuelven a estar entre lo más solicitado. Y el 9 de mayo celebrará el Día del cómic gratis, donde todas las editoriales regalarán tebeos a los clientes que se pasen por allí. Pero cada día cierran dos librerías.
La aventura infantil comenzó en 2012, pero no ha sido hasta este año cuando han aportado su toque personal. Huertas, diseñadora gráfica en paro elige el origen de uno de los más famosos superhéroes y le da una vuelta. Pese a no ser aficionada al cómic, cada mes trabaja para empaparse de un personaje y sacar de sus aventuras una fábula tradicional.
Por su experiencia personal, la lección de los X-men es especialmente importante, aunque la moraleja cambia cada mes. Hulk habló del valor; Los Vengadores, del trabajo en equipo y Los Cuatro Fantásticos narrarán la familia. El 18 de abril, utilizará Iron Man para bucear en el poder. "Esta nueva mitología es sólo una versión de la clásica", reflexiona Huertas.
La cuentacuentos estudia las películas y lee los cómics que le prestan. Acaba pariendo un cuento de media hora que, además de entretener a los pequeños, tiene guiños para padres. Si se menciona al mal aparece el ministro Montoro, y si se habla de Superman suena de fondo John Williams. Todo resumido en un lenguaje que comprendan niños menores de 4 años (en el primer turno) y de cuatro a ocho (en el segundo), también invitados a participar y bailar. "Soy de Majadahonda", dice una niña a Huertas, sorprendida por el éxito de la propuesta que reúne a unos 70 niños.
Otra de las actividades con las que Akira trata de impulsar la librería: reseñas en vídeo.
Algunos de los clientes son vecinos del Barrio del Pilar y fieles de la actividad sabatina. Otros son habituales que quieren propagar su amor por el cómic a la nueva generación. "No tenemos tiempo para leer y, aunque seas coleccionista, si no lo transmites, no se animan", cuenta Marugán. El próximo reto, en el que llevan trabajando un año, es adaptar la saga de Star Wars con marionetas con el nuevo film.
Iván, Irene y Carla, de cuatro a ocho años, saltan a escena. Tienen el poder de la perseverancia, el cerebro o la ternura. Akira cómics es el cuartel de la nueva generación de mutantes. Todos se van con un cómic o un libro bajo el brazo.
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