IU cierra filas tras la tormenta

“Ha sido muy doloroso, he tenido miedo por Izquierda Unida”, se lamenta Araceli Adalid. Tiene 26 años y, como varios dirigentes de Podemos, es politóloga. Por tener, tiene hasta un máster del Instituto Ortega y Gasset. Pero trabaja como cajera en Alcampo. Adalid milita en Izquierda Abierta, como el poeta Luis García Montero, y también en Izquierda Unida. Tras contemplar la batalla interna en esta formación desde la barrera durante meses, hace unas semanas decidió implicarse.

“Cuando se fue Tania Sánchez”, señala. La salida de IU de la exdiputada regional el pasado 4 de febrero, apenas dos meses después de ganar las primarias para ser candidata a la Comunidad, y tras una batalla feroz con la dirección regional, dibuja una barrera psicológica para muchos militantes. Incluso algunos de los más críticos con la dirección regional no acaban de comprender su marcha.

El último episodio del enfrentamiento entre las dos principales corrientes de IU ha sido, esta semana, la salida de Mauricio Valiente, ganador de las primarias al Ayuntamiento en tándem con Sánchez y enfrentado también a la dirección regional. Deja IU para integrarse en Ahora Madrid, el partido de Ganemos y Podemos en las municipales de mayo.

“Yo voté por Mauricio y Tania, la dirección está anclada en el pasado, pero no estoy de acuerdo con su marcha, aunque puedo entender por lo que han pasado. La batalla hay que darla dentro y se va a seguir dando”, afirma Pablo Rude, estudiante de Magisterio de 24 años y militante de base en Fuencarral. ¿Votará a IU o a Ahora Madrid? “Votaré donde esté el cambio político”, regatea. Araceli Adalid lo tiene claro: el cambio lo representa Luis García Montero, “una persona seria y coherente que aporta muchísimo”. El poeta fue elegido por la dirección regional para sustituir a Tania Sánchez. Ahora falta encontrar reemplazo para Mauricio Valiente.

IU lleva años partida por la mitad en la región, pero hasta hace unos meses casi había convertido esa brecha en parte de su naturaleza. El sector afín a los portavoces en el Ayuntamiento, Ángel Pérez, y en la Asamblea, Gregorio Gordo, controlaba los órganos de dirección, con la oposición de una corriente crítica respaldada a su vez por la cúpula federal. Los unos eran conocidos coloquialmente como “el 51%”, los otros como “el 49%”, en referencia a su cuota de apoyo en la asamblea de diciembre de 2012. En esa reunión fue elegido como coordinador regional Eddy Sánchez, pero hizo falta un año y medio de enfrentamiento para que, en abril de 2014, ambas corrientes pactaran los órganos de dirección.

El sector crítico se integró así en minoría, pero con la expectativa de hacer valer su mayor peso en la capital. Ese detalle era clave porque, desde primavera y, sobre todo, tras las elecciones europeas de mayo, se estaba gestando Ganemos, una plataforma con la que el sector crítico aspiraba a que IU concurrirá a las municipales junto a Podemos.

Ángel Pérez ya había anunciado que no repetiría como candidato. En otoño, Podemos decidió no concurrir con sus siglas a las municipales, abriendo la puerta así a integrarse en Ganemos. Y las dos corrientes de IU se pronunciaron a favor de esa convergencia. Pero mientras el sector crítico apostaba por sumarse en Ganemos como uno más, la corriente mayoritaria abogaba ir en coalición.

El pulso se dirimió en las primarias del 30 de noviembre, en las que los candidatos del sector mayoritario fueron derrotados. Tania Sánchez obtuvo el 52% de votos entre los afiliados para la Comunidad. Mauricio Valiente, el 56% para el Ayuntamiento. Esa ventaja aumentaba al sumar el apoyo de simpatizantes, con derecho a voto pese a que la corriente mayoritaria forzó que hubiera urnas separadas y denunció la “infiltración” de afines a Podemos.

“Yo voté como simpatizante, la situación era complicada porque había muchos ataques por parte de Podemos. Y a finales de diciembre me afilié, quería apoyar a IU frente a los que decían que estaba amortizada”, explica Andrés del Peso, taxista, de 42 años.

La tensión de esas primarias llevó a Eddy Sánchez a dimitir al día siguiente: el timón quedó en manos de una dirección colegiada controlada por la corriente mayoritaria. Y el enfrentamiento entre ambos sectores se fue agravando hasta que, el 4 de febrero, Tania Sánchez se fue de IU. Creó una plataforma que finalmente se integró (sin ella) en Podemos.

“Actuó de forma muy fea, yéndose en el momento más necesario”, opina Marian Palazón, ama de casa, 40 años y tres niños, militante en Arganda del Rey. “Tania y Mauricio han traicionado a IU yéndose cuándo más se les necesitaba”, añade. Sus palabras resumen la opinión de muchos otros militantes consultados: incluso aquellos que no les votaron en las primarias y que se oponían a su postura, critican ahora que se hayan marchado. Y los que sí les respaldaron lamentan que no se quedaran a luchar por sus ideas.

“Han intentado hundir IU”, zanja Palazón. ¿Por querer unirse a Podemos? No: “Yéndose”.