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El PP primará la figura de los alcaldes sobre las siglas en campaña

El retraso de Génova en el nombramiento de Fabra dificulta la estrategia

El deterioro de la marca electoral del PP se ha acentuado tanto con los escándalos de corrupción y los efectos de la crisis económica que los populares valencianos han decidido que primarán la figura de sus candidatos —especialmente de los alcaldes y alcaldesas— por encima de las siglas.

No será la primera vez que se aplique una estrategia similar. Los socialistas, en las municipales y autonómicas de 2011, ya dejaron sus siglas en segundo término, tras constatar que se habían convertido en una plomada con la decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de aceptar las exigencias de austeridad de la Unión Europea.

Si en anteriores convocatorias electorales las siglas del PP llevaron en volandas a sus candidatos, sin importar demasiado el perfil de los mismos, ahora será a la inversa. Tanto la dirección regional del PP, como las direcciones provinciales confían en el tirón de sus alcaldes y portavoces municipales para frenar la caída que pronostican las encuestas y lograr que la diferencia entre los votos de las municipales y las autonómicas sea la mínima posible.

Según fuentes del PP, el pasado mes de enero se realizaron varias encuestas electorales para conocer qué posibilidades había de mantener la actual cuota de poder. Los sondeos, que sitúan al PP en un porcentaje de voto alrededor del 30% y como primer partido, confirmaron la existencia de grandes dificultades para retener la Generalitat y un buen número de ayuntamientos. Estas fuentes añaden que la buena noticia para el PP es que podría mantener con cierta holgura las diputaciones provinciales y un buen número de gobiernos locales. Sin embargo, el retraso de Génova en el nombramiento de los principales candidatos —el de Alberto Fabra a la Generalitat, el de Rita Barberá a la alcaldía de Valencia y el de Miguel Valor o quien le sustituya a la alcaldía de Alicante— está complicando la estrategia prevista.

En la provincia de Valencia, por ejemplo, el PP presentará candidatos nuevos en los municipios de Paterna, Burjassot, Llíria y Sueca, cuatro ciudades importantes en las que necesita tiempo para rodar a sus candidatos en el puerta a puerta. El no perder demasiado terreno en ciudades medias es importante, no solo para frenar la caída en los resultados a Cortes Valencianas, sino para mantener la ventaja en los partidos judiciales donde se juegan los diputados provinciales.

La provincia de Alicante es, en principio, la que más dificultades tiene para los populares. A la falta de candidato en la ciudad de Alicante —tras la dimisión por los escándalos de corrupción de Sonia Castedo— se suma la mayor porosidad del electorado popular hacia los discursos de Ciudadanos y UPyD, y los conflictos internos de los populares en plazas importantes como Orihuela, Novelda y Alcoi. En otros municipios significativos, como Benidorm, tampoco está claro quién será el candidato y se ha barajado el nombre de Gerardo Camps, exvicepresidente económico de los Gobiernos de Francisco Camps y ahora diputado en el Congreso. Castellón es la circunscripción con mayor estabilidad, después de que el presidente de la Diputación y de la dirección provincial del PP, Javier Moliner, se haya hecho con las riendas.

Tanto la dirección regional del PP, como las tres direcciones provinciales tienen ya nombrados sus respectivos comités electorales, aunque mantienen las designaciones de los candidatos municipales bloqueadas hasta que Génova elija los candidatos a la presidencia de la Generalitat y a las alcaldías de las capitales de provincia.

Así, con la necesidad de afinar la maquinaria electoral a menos de tres meses para las votaciones, el jefe del Consell ha decidido estrechar sus relaciones con los presidentes provinciales, especialmente con el valenciano Alfonso Rus y el castellonense Javier Moliner, aunque a nadie se le escapa que la confección de las candidaturas a Cortes Valencianas —que dependen de Fabra y las directrices que le pueda imponer Génova para no tensionar más el PPCV— podrían provocar un nuevo repunte de tensión interna.

El presidente de la Generalitat aseguró en su momento que no colocaría más alcaldes en las listas —con excepción de Barberá— para que se centrasen en sus municipios. Aunque ahora que muchos de ellos se enfrentan a una posible pérdida del gobierno se redoblarán las presiones.

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