“Hemos secuestrado a tu hijo. O pagas 1.000 euros o lo matamos”
La policía alerta del aumento de estafas con falsos raptos
María (nombre ficticio) recibió el martes por la tarde una llamada amenazadora: “Hemos secuestrado a tu hijo. O pagas 1.000 euros o lo matamos”. La mujer entró en pánico, sobre todo porque los secuestrados empezaron a darle datos que coincidían con los de su hijo, que tiene 30 años y es policía nacional destinado en Madrid. La peor parte llegó cuando los supuestos secuestradores le pasaron a un hombre que empezó a decirle, llorando: “¡Mamá, mamá! Paga, que me van a matar. Págales lo que te dicen”.
Acto seguido, le arrebataron el teléfono a ese hombre y le dieron instrucciones a la mujer sobre lo que tenía que hacer. Debía ingresar el rescate en una cuenta que le dieron. Para que no mataran a su hijo, tenía un plazo muy breve. Y no bastaba una simple transferencia bancaria. Debía enviar el dinero a través de un locutorio para que llegara cuanto antes.
La mujer llamó a su hijo por teléfono, pero este no le respondió. Esto confirmó su alarma. María, presa del pánico, cogió el único dinero en efectivo que tenía en su casa. En total, 300 euros. Bajó a un locutorio e hizo el ingreso en la cuenta que le dijeron.
Las bandas obtienen los datos
Una vez hecho el ingreso, llamó a su otro hijo, que es un mando intermedio de la Unidad de Intervención Policial (UIP, conocidos como antidisturbios). Este iba por la calle en ese momento, y paró un coche patrulla de la Policía Municipal e informó a los agentes de lo que estaba ocurriendo.
La llamada de alerta corrió hasta el grupo de Secuestros de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que inició todas las investigaciones y comprobaciones. Algo fallaba. El número de los secuestradores correspondía a una llamada internacional y les llamó la atención tanta urgencia en el pago.
Al final se demostró que María había sido víctima de una estafa, ya que su hijo supuestamente secuestrado estaba perfectamente. Había salido a montar en bicicleta y regresó al poco a su domicilio.
Este es el primer caso consumado del llamado secuestro virtual conocido por la policía en la región. Hubo un otro intento hace unos días, pero en esa ocasión la víctima no efectuó ningún pago y denunció lo ocurrido. La policía ha alertado de estas estafas y de que detrás están grupos criminales asentados en Sudamérica, sobre todo en Chile y México.
Estas organizaciones delictivas actúan de forma aleatoria y muchas veces toman los datos de sus víctimas en los listines telefónicos y en las redes sociales, como Facebook o Twitter. Suelen efectuar muchas llamadas hasta que alguna de las víctimas les paga. “Como los ingresos se realizan en el extranjero, las investigaciones hay que hacerlas con policías de otros países, por lo que suelen ser largas y complicadas”, relatan fuentes policiales.
“No piden mucho dinero para que la gente pueda hacer el ingreso con rapidez y, como está presa del miedo, no compruebe si se ha producido o no el secuestro”, añaden las citadas fuentes.
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