La historia empieza por el olvido

En 1982, durante el sitio de Beirut, la ofensiva israelí destruyó el edificio donde se conservaban las más de 200 obras, que habían formado parte de la mítica Exposición internacional de arte en solidaridad con Palestina, que tuvo lugar durante la primavera de 1978 en la Universidad Árabe de Beirut, Líbano. Orquestada por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), la muestra involucraba artistas de una treintena de países, entre los que se encontraban Tàpies, Chillida, Miró y Rabascall. Junto con las obras, bajo los escombros se quedaron también los archivos y el material documental, que daba fe de una amplísima red de creadores en apoyo a Palestina, que cubría desde el norte de África hasta Japón pasando por Europa. Irónicamente se salvó la llave del edificio, que el artista Abdul Hay Mosallam incluyó en una pintura para que quedara memoria de aquel acto de destrucción ciega.

Esta obra se expone ahora en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) en la exposición Pasado inquieto. Narrativas y fantasmas de la Exposición internacional de arte en solidaridad con Palestina, 1978, que se enmarca en la nueva línea de investigación del museo. “Este proyecto muestra la voluntad de recuperar historias heterodoxas para construir un relato disidente de la historia del arte del siglo XX, desde nuestra especificidad de museo nacional de una nación sin estado”, explica Paul B. Preciado que con Valentín Roma está desarrollando las nuevas líneas conceptuales del museo.

Las responsables del trabajo detectivesco que ha llevado a esta exposición son dos investigadoras de Beirut, Kristine Khouri y Rasha Salti, que a partir del hallazgo casual del catálogo de la muestra de 1978, durante cuatro años se dedicaron a seguir las huellas de los más de 200 nombres que aparecían en la lista de artistas y los agradecimientos. “Al principio todos decían que no se acordaban nada, pero poco a poco los fantasmas del pasados regresaron y comprendimos que la historia empieza precisamente del olvido”, explican Khouri y Salti.

Superados los numerosos escollos, finalmente un centenar de personas les confiaron sus recuerdos, anécdotas y archivos personales, permitiéndoles sacar a la luz no sólo un episodio emblemático del compromiso civil y político del arte contemporáneo, sino también una asombrosa red de artistas que tenía sus fulcros en Italia, Francia y Marruecos y dio vida a numerosos eventos, desde la primera bienal árabe de Bagdad hasta manifestaciones artísticas en apoyo de Palestina en Chile, Nicaragua y Sudáfrica, además de los países ya mencionados.

La muestra, abierta hasta el 1 de junio, incluye un homenaje a Ezzedine Kalak, el responsable de la OLP en Francia y uno de los más activos promotores de actividades artísticas y políticas, que fue asesinado en París en agosto de 1978, poco después de que inaugurara la muestra de Beirut. Por ello tiene un carácter tristemente profético la foto que le inmortaliza durante la inauguración, captada a través de un cristal quebrado por una bala. "Con Kalak queremos homenajear un tipo de militante político, más interesado en la cultura y el arte que en la burocracia y la demagogia", aseguran las comisarias.

Para disfrutar la cacofonía de historias que componen Pasado inquieto y los múltiples materiales tanto visuales, como textuales y sonoros, la entrada permite el libre acceso durante un mes.