Sara Buesa pide un discurso unánime que deslegitime el terrorismo
La hija de Fernando Buesa reclama que se reconozca públicamente "el daño injusto que se ha causado" con la violencia
Sara Buesa, la hija de Fernando Buesa, el político socialista asesinado por ETA hace quince años, ha reclamado este jueves un "discurso público unánime, una sola voz, que deslegitime por completo el terrorismo".
La Fundación que lleva el nombre del político alavés, de la que su hija es vicepresidenta, ha celebrado por decimoquinto año el acto de recuerdo y homenaje al político socialista asesinado en Vitoria el 22 de febrero de 2000, junto con su escolta, el ertzaina Jorge Díez.
Al acto, celebrado en el museo Artium de la capital alavesa, han asistido, entre otros, el lehendakari, Iñigo Urkullu, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, y la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia.
Durante su intervención, la vicepresidenta de la Fundación ha reconocido que ella no necesita que los asesinos de su padre le pidan perdón, pero ha aclarado que lo que sí exige es que se reconozca públicamente "el daño injusto que se ha causado" con la violencia y "los distintos grados de responsabilidad que se tienen en el mismo".
"Reclamo esto por las víctimas y, sobre todo, por el bien de la sociedad vasca", ha sentenciado Buesa.
En este sentido ha destacado que todavía hoy "no se ha producido una asunción clara de responsabilidades en el daño que ha causado" el terrorismo a las víctimas y al conjunto de la sociedad vasca.
Tras explicar que ésta es "una de las principales barreras para la convivencia", Sara Buesa ha recordado que ya han pasado tres años desde que ETA anunció el cese de su actividad terrorista y ha aclarado que pese a que la banda ha dejado de matar "se resiste" a disolverse y la "violencia no ha sido totalmente repudiada y desterrada".
"Sigue habiendo mensajes permisivos que transmiten que en determinadas circunstancias el recurso a la violencia puede ser legítimo", ha añadido Buesa quien ha recordado que la convivencia durante décadas con la violencia ha dejado "profundas secuelas".
"Somos una sociedad frágil, pues nos faltan referentes éticos y morales claros y nuestros principios y valores son inciertos", ha sentenciado. Ha apuntado que la ciudadanía se ha "acomodado ante la ausencia de violencia explícita y parece dispuesta a olvidar con facilidad", pero ha advertido de que "el sectarismo, el dogmatismo, las actitudes que constituyen el germen de la violencia siguen presentes y persistirán aunque no se hable de ellas, persistirán a no ser que se hable de ellas".
Buesa ha reconocido que todas las víctimas son iguales en su sufrimiento pero ha añadido que las de ETA quieren que "no se relacionen unas cosas con otras en el marco de un conflicto en el que todos se mezcla, se emborrona y se diluyen las responsabilidades".
Ha concluido que los representantes políticos tienen la responsabilidad de liderar la construcción de una "adecuada jerarquía de valores compartidos", en la que "el respeto a los derechos humanos tiene que ser una línea clara y firme".
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