“Pactar con el PP es materialmente imposible, somos la antítesis”
El líder socialista renuncia a seguir en la Diputación de Lugo y promete mayor presencia junto a una "nueva forma de hacer oposición"
Tenía decidido desde hace tiempo renunciar a la Diputación de Lugo para dedicarse por entero a la secretaría general del PSdeG y a la oposición al Gobierno del PP. Pero explica que esperó al último momento para anunciarlo con el propósito de no afectar a su “trabajo institucional” y a algunas de las iniciativas que ha promovido en la Diputación, desde los presupuestos participativos a una red de residencias de mayores o un gran centro de cría de ganado. José Ramón Gómez Besteiro (Lugo, 1967) promete a partir de ahora mayor presencia pública y una política más intensa de oposición a la Xunta de Feijóo.
Pregunta. Incluso en su partido, algunos piensan que hasta ahora ha hecho una oposición de perfil bajo. ¿Va a cambiar?
Respuesta. Mi primer objetivo fue la reestructuración económica del partido, organizarnos dentro para salir afuera porque eso nos lastraba. Y también plantear grandes acuerdos de transformación a los que Feijóo dijo “no”: pactos por la demografía, la energía, el sector primario, la financiación autonómica…. El panorama en el Parlamento está enrarecido porque algunos entienden que la forma de hacer política es esa y hay un Gobierno que intenta dar la imagen de que enfrente tiene el desastre. Y en medio, un PSdeG que hace propuestas constructivas, sin ruido ni demagogia. Es cierto que ahora hay una nueva posición, con más presencia, y eso se tiene que notar en una forma distinta de hacer oposición. Lo que no quiere decir que vaya a mermar ni un ápice nuestra capacidad propositiva. Y quiero trasladar algo que la ciudadanía empieza a interiorizar: seis años de Gobierno de Feijóo no representan crecimiento ni empleo, sino todo lo contrario. Eso se puede hacer desde el análisis frío de las cifras: la deuda, el empleo, la potencia industrial…. Queremos demostrar que somos el partido capaz de transformar un país con una alternativa creíble y responsable frente a unas políticas que hacen daño a los ciudadanos. Y centrarnos en la defensa de lo público. Porque van a por lo público: la sanidad, la educación y pronto las pensiones. Y es momento de decir: “Hasta aquí hemos llegado”.
P. El PP ya ha dicho que renuncia a Lugo para no ir con un imputado, el alcalde Orozco.
“Buscamos la mayoría, no una suma de minorías ni un gran puzle”
R. Y si fuera, dirían que me quiero preservar en Lugo porque tengo poca confianza en el proyecto de Galicia. Me importa poco lo que digan.
P. El reciente episodio de Madrid deja la imagen de un PSOE enredado en luchas internas.
R. No hay que tener miedo a tomar decisiones, y el secretario general actuó así en Madrid porque creía que era lo mejor para el partido. Vivimos un momento político convulso y eso crea convulsiones dentro de los partidos, y no solo en el PSOE: hay una convulsión total en IU, la hay en el PP fruto de que un extesorero dice que la daba sobres ni más ni menos que al presidente del Gobierno… En Madrid ni PP ni IU ni Podemos tienen candidato.
P. ¿No está en cuestión el liderazgo de Sánchez?
R. Yo creo que no. Lo acaban de decidir los militantes hace seis meses. Y si alguien interpreta que la decisión de los militantes es mudable, se lo debe hacer mirar.
“La gente tiene la sensación de que hicimos políticas de derecha”
P. ¿Qué objetivos se marca para las elecciones municipales?
R. Creo que vamos a mantener la Diputación de Lugo y que podemos tener alguna otra al alcance. A partir de ahí, el objetivo es crecer. Creo que el PP va a perder la mayoría absoluta en A Coruña, Santiago y Ferrol. Nosotros representamos el cambio y debemos transmitir que las épocas de mayor esplendor en las ciudades fueron con gobiernos socialistas.
P. Se prevé una gran fragmentación. ¿Buscarán siempre mayorías alternativas al PP?
R. PSOE y PP son agua y aceite, la antítesis, estamos a 180 grados. No vamos a propiciar nunca la gran coalición. Los pactos hay que hacerlos con los ciudadanos y para eso necesitamos ver qué es lo que opinan, si quieren una política de izquierdas o de derechas.
P. O sea, pactarán con el BNG y las plataformas ciudadanas.
“Aquí todo llega más tarde, pero llegará también la oleada de deterioro del PP”
R. Buscamos la mayoría, no una suma de minorías ni pensando la política como un gran puzle. Los ciudadanos nos lo dirán.
P. ¿Pactaría con Podemos para alcanzar la Xunta?
R. No se trata de eso. La estrella de Podemos empieza a brillar menos y este año se les va a hacer muy largo. No se puede decir que pretendes un sistema fiscal distinto, pero mientras yo aprovecho la opacidad fiscal del actual sistema. O decir hoy que perteneces a la izquierda anticapitalista para abrazar mañana la socialdemocracia y afirmar que no eres ni de izquierdas ni de derechas. En Galicia ya hubo una experiencia pre-Podemos y está languideciendo. No hay nada malo en ser comunista o nacionalista, pero hay que decirlo. Se dice que el PSOE hizo políticas como las del PP, y si fue así, nos equivocamos. La gente prefiere el original a la copia.
P. Con la fragmentación que se adivina, se verían abocados a elegir entre el PP o Podemos.
R. Pero veremos qué grado de fragmentación, dónde, cómo… No se pueden hacer juicios sobre sondeos. Y puede haber escenarios variopintos: dónde hay posibilidades y dónde no, dónde el mandato de los ciudadanos es claro y dónde no. Habrá que verlo en el contexto de los resultados globales.
P. Si descarta un acuerdo con el PP, los aliados parecen claros.
R. No necesariamente. Lo que descarto es algo que algunos torpemente tratan de trasladar: una alianza con el PP que es materialmente imposible.
P. Decía antes que el PSOE hizo políticas como las del PP.
R. Más allá de que sea cierto o no, una gran parte de la sociedad tiene esa percepción, que en 2010 abandonamos principios considerados irrenunciables. Y eso tiene un coste político, reflejado en la frase de Zapatero: “Haré lo que hay que hacer cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”. No hay que incurrir de nuevo en esos errores.
P. ¿Cuáles serían sus primeras medidas en la Xunta?
R. Las prioridades son el empleo y el deterioro de los servicios públicos. En el último debate sobre el estado de la autonomía ya propusimos medidas inmediatas en esos campos.
P. ¿Habría más gasto público?
R. La gran paradoja de la derecha es que, mientras hablaba de austeridad, casi triplicó la deuda pública y no sabemos en qué se ha invertido ese dinero, porque no fue en infraestructuras ni en servicios públicos. Y además no hay crecimiento. Hay que hacer una revisión fiscal, que no se trata de bajar ni de subir impuestos sino de hacer una distribución más racional para que la gente sienta que Hacienda somos todos y que no siempre son los mismos los que pagan los impuestos. También hay que lograr una Administración más eficiente y especializada. Podemos corregir defectos de los servicios públicos, pero para reforzarlos, no para certificar su defunción. Lo que no es una opción es que la deuda crezca mientras la economía sigue estancada. El único escenario que ofrece el PP es que vamos a vivir en crisis permanentemente.
P. Todo indica que el PP en Galicia está más fuerte.
R. Hay ese dicho de que aquí todo llega más tarde y todo se va más tarde… Pero la oleada también llegará. Veo una sensación creciente de desengaño. El PP empezó 2014 diciendo que su prioridad era reducir el Parlamento y ahora parece que lo ha abandonado, seguramente porque las cifras ya no le son favorables. Ese es el nuevo escenario político. El deterioro del PP es muy profundo y estructural en toda España.
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