EiTB: el imposible ajuste de plantilla

El Gobierno vasco cerrará su particular mes horrible de febrero con el trago del consejo de administración de EiTB del próximo día 24, donde la oposición —EH Bildu tiene pendiente su particular debate— prolongará la batalla política contra la directora general del ente, Maite Iturbe, que inició con una holgada victoria en el Parlamento. Aunque en este caso no prosperará la moción del PSE-EE, los partidos críticos con el ERE en la radio pública y la línea informativa en la televisión buscan un pretendido desgaste que, sin embargo, no alterará la voluntad del lehendakari de mantener a Iturbe en el cargo.

La dirección de EiTB quiere aligerar el volumen de plantilla para ser menos gravosos a los Presupuestos vascos, pero no acierta con las fórmulas elegidas ni con la búsqueda de apoyos. Aquella OPE del pasado año para regularizar a 79 contratados indefinidos no fijos en sus emisoras tuvo el apoyo entusiasta de EH Bildu y LAB por un indisimulado respaldo al euskera, pero chocó contra la legalidad. Luego, la iniciativa — criticada porque escondía un recorte de 30 empleos— se vio abocada a un inevitable ERE que ha indignado más fuera del consejo que dentro. ¿Solución? Muy complicada y, desde luego, propensa a dilatarse en el tiempo. Para complicar más aún la viabilidad de su itinerario, el PNV se ha encontrado inesperadamente con el bofetón de EH Bildu, confiados como estaban en que seguirían su línea de apoyo como habían hecho con la OPE.

El ERE ha creado un conflicto entre EH Bildu y sus consejeros del ente

Pero una evidente descortesía de la cúpula del ente al presentar el inevitable ERE como un hecho consumado en vísperas del consejo enfureció de tal modo a la coalición soberanista que ordenó a sus representantes no secundar el expediente y, sin querer, abrió una vía de agua en esta formación. Los consejeros abertzales —significativa representación de profesores universitarios— no están en contra del ERE, como le ocurre a LAB, sindicato que no secundará ninguna de las protestas previstas contra estos previsibles despidos, entre ellas una huelga coincidiendo con la reunión del próximo día 24 de febrero. No obstante, EH Bildu puede sacar del atolladero a Iturbe. Mientras deciden su postura, en medio de un debate con la dirección política, Karmelo Landa adelantó a este periódico que es “imprescindible” acometer un “doble debate”.

De un lado, la estrategia sobre cuál debe ser el modelo de comunicación del ente en el conjunto de los medios informativos que aglutina; de otro, el debate social abierto a los agentes más diversos. Así las cosas, la dirección de EiTB dispondría de un margen necesario para aplacar los ánimos y, sobre todo, evitar el desgaste político que acarrearía al PNV la aplicación del ERE en un sector de honda repercusión social como un medio de comunicación, además público. Esta posible alternativa engarzaría, incluso, con el propósito acordado por el ente con partidos y sindicatos de definir a finales de 2016 el modelo EiTB. De hecho, el anuncio del ERE fue entendido por EH Bildu como un incumplimiento de este proceso de reflexión. Por si fuera poco, la alternativa a la anulación del ERE aprobado en el consejo de administración sería el inmediato regreso a la OPE que ya ha cubierto sus primeros pasos con la aprobación de las 13 primeras plazas.

Ya hay 13 aprobados

Lógicamente, el primer paso obliga a plantear en el consejo la revocación del ERE y en el supuesto de que prosperara afrontar sus repercusiones. Tampoco habría que descartar en este tortuoso camino la variable envenenada que supondría la victoria del recurso de la Abogacía del Estado contra la OPE y que aguaría definitivamente todos los planes. Como primera medida habría que incorporar como fijos a las 13 personas que ya han aprobado la primera fase de la oposición. Y en el medio de esta situación tan enmarañada aparece una abierta pelea sindical donde LAB ha aumentado su ventaja respecto a ELA. En un mero análisis laboralista, quienes apoyan el ERE ponen en valor que “los trabajadores afectados por la regulación ganarían tres veces más de lo que les tendrían que pagar si no sacaran la plaza en la OPE y pierden su puesto”.

En cambio, EH Bildu no comparte esta tesis desde su convicción del mantenimiento del empleo, aunque paradójicamente la OPE suponía un recorte de 30 puestos más allá de que 49 plazas se convirtieran en fijas. Hay quien atribuye este cambio de criterio en la coalición al “síndrome de los titulares de prensa”, que vincularían a los soberanistas con un ERE en pleno proceso electoral. Con todo, ahí no acaba el vía crucis para la dirección de EiTB en su cruzada contra un ajuste progresivo de la plantilla que en su día ya intentó el Gobierno de Patxi López, pero que abandonó consciente de que “saldría escaldado”. Ahora mismo, todavía planea el futuro del servicio de Internet tras la condena a admitir a 25 trabajadores procedentes de una subcontrata. En el supuesto de que se plantearan nuevos recortes volvería a actualizarse la advertencia reiterada de LAB: que la dirección de EiTB empiece por el personal de confianza incorporado al ente durante la etapa de Andoni Ortuzar como director general. Por eso toma cuerpo la viabilidad de la reflexión de Landa.