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La corrupción como bella arte

Una exposición retrata los casos más flagrantes de los desfalcos con el aval de ‘Politicians for change’

Sergio C. Fanjul
Exposición sobre politicos corruptos en el mercado de San Anton
Exposición sobre politicos corruptos en el mercado de San Antonalejandro ruesga

El Ayuntamiento coruñés de Santa Comba tiene solo 10.000 habitantes, pero llegó a tener 43 tablaos flamencos, en una zona geográfica no muy dada a este estilo. Muy extraño. Resulta que el alcalde, José Toja Parajó, daba el visto bueno a este tipo de licencias para que ciertos pubs pudieran abrir hasta tarde. La Audiencia Provincial de A Coruña le condenó en 2012 por prevaricación. Y ahora el artista Carlos González Castrillo ha convertido este caso de corrupción en una obra de arte.

Puede verse, desde ayer hasta el 15 de febrero, dentro de la exposición Querida corrupción, en Espacio Trapezio (c/ Augusto Figueroa 24, dentro del Mercado de San Antón) comisariada por Enrique Miguélez y Daniel Silvo. Es la primera acción de la ONG Politicians for change, que trata de concienciar, mediante el arte, de los abusos de poder de la clase política. “Nos preocupa la corrupción más allá de la idea de que un chorizo se lleve el dinero”, dice Carmen Paz, promotora de la ONG junto con Rafa Coello y Nahún Retamal, “también por sus implicaciones intangibles: se quiebran los valores democráticos, se genera desconfianza en la política y se da al traste con la educación”.

En la muestra 15 artistas retratan con punzante ironía a la flor y la nata de la corrupción política patria. Moneda conmemorativa, de Eugenio Merino, es una lozana moneda acuñada con la efigie de Jordi Pujol en la que se lee: “30 años robando a saco”. “Es una crítica a los autohomenajes que se dan ciertos políticos, que se hacen retratos y se levantan estatuas”, dice Miguélez. “En realidad toda la exposición es un antihomenaje a los corruptos”. En la obra Brea, de Antonio Franco, Carlos Fabra es condenado a un círculo del infierno de Dante. El público enfervorecido baila al son que toca José Luis Baltar, inhabilitado por prevaricación, en la obra de Cristina Llanos. Rafael Vera, implicado en los GAL, toma forma de efigie fascista en Secuestros de Estado, del artista NOAZ.

Hasta Jesús Gil hace una inverosímil chilena dentro de un cromo futbolístico gigante en la obra Cambio de cromos, de Ugo Raúl Martínez Lázaro. “La chilena es una filigrana que hubiera sido imposible para Gil”, dice Miguélez, “y hace alusión a cómo pudo ir sorteando tantos asuntos turbios durante su vida”.

¿Se puede evitar la corrupción o es inherente al ser humano? “No lo sabemos”, dicen desde la ONG, “porque es cierto que existe desde que existen las sociedades organizadas, pero sí creemos que se puede reducir y merece la pena luchar por ello”. Politicians for change nace con vocación convertirse en un movimiento global, planean dar conferencia y talleres y hacer una exposición en Brasil, “un país que, como España, tiene mucho arte y mucha corrupción”, dice Coello. “Nosotros desayunamos con los periódicos cada día y pensamos en la cantidad de papel que se ahorraría si erradicásemos esta lacra que se da en tantos países del mundo”.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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