Arquitectura, virtud y despilfarro
Si pudieran comerse los ladrillos, en España no habría pobreza
Si pudieran comerse los ladrillos, en España no habría pobreza. Bastaría con ir a las urbanizaciones abandonadas en las costas, a los aeropuertos inútiles, a los chalés adosados a medio construir para darse un buen banquete. ¿Austeridad? ¡Habría viandas para todos! Grandes ballenas varadas que respiran al ralentí, infrautilizadas, como la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela, el Palacio de Congresos (de Calatrava) en Oviedo, las “setas” sevillanas de la Encarnación, la Caja Mágica madrileña o el Fórum de Barcelona.
Sobre lugares insólitos como estos versará la charla Megaproyectos urbanísticos: despilfarro público, lucro privado, que darán, el jueves 29, David Porras Alfaro, profesor de la UAM; Eugenio Burriel de Orueta, profesor de la Universidad de Valencia, y José Segovia Pérez, filósofo y escritor, en La Casa Encendida. Se enmarca dentro del ciclo Propuestas para combatir el despilfarro urbanístico, en el que ya se ha hablado de los efectos de la burbuja y de los abusos del desarrollismo urbanístico. Queda una última charla, el 26 de febrero, sobre el despilfarro de la vivienda desocupada.
Las versiones virtuosas de la arquitectura las ofrece el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), en un par de exposiciones. La muestra Getting things done trata sobre el aspecto y la evolución del paisaje cultural en el estado más occidental y pequeño de Austria, Vorarlberg, de 375.000 habitantes. Detalles de 230 edificios de una arquitectura que se ha hecho conocida fuera de sus fronteras aun siendo respetuosa con las tradiciones locales y el desarrollo sostenible.
Además, la exposición Nuestra primera obra, dentro del Ciclo Paréntesis y comisariada por Paula García-Masedo y Gonzalo Pardo, se enfoca en 92 obras de arquitectos primerizos y formados en Madrid, de toda dimensión, contexto y presupuesto, construidas desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Esos trabajos primeros en los que ya se intuye, si no desarrollado plenamente todavía, todo lo que puede dar de sí la trayectoria de un artista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.