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‘Okupación’ ultra en Chamberí

El grupo xenófobo Hogar Social Ramiro Ledesma, que en septiembre fue expulsado de un edificio en Tetuán, se instala en una antigua sede del Ministerio de Trabajo pese a los vecinos

Pancartas colgadas en el edificio okupado por ultraderechistas en el distrito de Chamberí.
Pancartas colgadas en el edificio okupado por ultraderechistas en el distrito de Chamberí. KIKE PARA

El número 41 de la calle Bretón de los Herreros de Madrid, antigua sede del Ministerio de Trabajo, está okupado desde finales de diciembre por un grupo de ultraderecha llamado Hogar Social Ramiro Ledesma, que se autodenomina “social patriota” y realiza actividades de ayuda comunitaria, como reparto de comida a personas en dificultades. Con una salvedad: deben ser españolas. Este grupo fue desalojado en septiembre de otra casa que okupaban en el distrito de Tetuán, tras mantener varios enfrentamientos violentos con grupos de extrema izquierda.

En Chamberí puede ocurrir algo parecido: varios colectivos vecinales han denunciado el carácter xenófobo de la organización. Y ello a pesar de que la presencia de sus miembros ha pasado inadvertida para muchos vecinos de la finca okupada, según pudo comprobar este periódico el jueves y el viernes. Un millar de antifascistas se manifestaron ayer en contra de la presencia del grupo en el distrito. Unos 70 ultraderechistas se concentraron a su vez dentro del edificio okupado. No se registraron incidentes, informa Patricia Ortega Dolz. La policía ha iniciado los trámites necesarios para el desalojo del edificio en las próximas semanas.

“No estamos dispuestos a aceptar un grupo racista. Su cara visible es repartir comida, pero su cara no visible son sus vínculos con el Movimiento Social Republicano (MSR) y neonazis violentos”, afirma Guillermo, un joven de 20 años miembro de la Asamblea de Vecinos de Chamberí y estudiante de Ciencias Políticas. “Con su labor asistencial discriminatoria, lo que quieren es asentar el proyecto y venderle a la gente la idea de que el país está jodido porque hay políticos corruptos y porque esto está lleno de inmigrantes. Su discurso no es muy trabajado, pero cuela en gente desesperada por la crisis”, añade. “Los nazis en Alemania empezaron igual”. Apunta al edificio que actualmente okupa el Hogar Social: “Un espacio en estas circunstancias les da paso para desarrollar sus actividades en un barrio tranquilo, a diferencia de Tetuán, donde tenían la presión de estar rodeados por muchos inmigrantes y grupos de izquierda”.

Al entrar en el edificio okupado de la calle Bretón de los Herreros recibe al visitante una frase escrita en enormes letras negras sobre una pared: “Solo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria”. El autor de esta máxima es Ramiro Ledesma Ramos, fundador de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) en los años treinta del siglo pasado y fusilado en Madrid tras la sublevación de Franco; su imagen a gran escala ha sido también pintada sobre el muro.

Melisa, estudiante de Filosofía de 25 años, madre de un hijo y miembro fundador del Hogar Social, afirma que “honran” al líder falangista porque, “aunque ha sido una figura demonizada, siempre llevó con la cabeza en alto sus ideales patriotas”. En el edificio, esta asociación que dice tener 60 militantes ha instalado un comedor social, una biblioteca, habitaciones para acoger a familias “españolas” sin hogar, una sala de conferencias y un gimnasio. “Aquí daremos clases de boxeo”, apunta, mirando a los sacos improvisados con llantas de coches. Melisa hace énfasis en que no son racistas: “No considero que los españoles o europeos seamos superiores a otra raza. La diferencia está bien. Pero no mezclar”, afirma con el índice de la mano derecha en alto.

Argumenta que la labor que realizan es puramente social, y el que presten ayuda solo a españoles lo ve como una opción legítima. “En cuanto a trabajo y ayuda social, tiene que ser primero para nuestra gente”, dice, e insiste en que no se trata de una discriminación a inmigrantes, o de fomentar un discurso xenófobo. Pero al preguntarle si la España que imagina su asociación es una España sin inmigrantes, afirma: “Claro. Está bien que vengan extranjeros de paso, por una temporada, pero no a quedarse”.

La asamblea de vecinos quiere sentar un precedente, informar a la comunidad sobre lo que considera “un peligro en nuestra sociedad” y lograr que desalojen el edificio.

De momento la finca es, sobre el papel, propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social. La Cooperativa Valnova, gestionada por Domo Gestora, ganó en diciembre la subasta del inmueble. Los trámites de traspaso de escrituras no se han completado aún. Valnova quiere rehabilitar el edificio para construir allí 29 viviendas.

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