El acuerdo entre Mas y ERC despierta críticas en las bases de la ANC

La Asamblea Nacional Catalana (ANC), entidad convertida en vigía del independentismo, inundó el pasado lunes Twitter con una exigencia: un acuerdo entre CiU y ERC para convocar elecciones de forma inmediata. El miércoles, su presidenta, Carme Forcadell, aceptaba un acuerdo que supone dilatar hasta septiembre unas elecciones que la ANC quería en marzo. La dirección del grupo se reunió anteayer y, pese a celebrar el pacto —la unidad política, después de la independencia, es lo que considera más importante— reconoció que no han cumplido sus objetivos: ni la fecha, ni la lista única que deseaban ni un camino común concreto. “La gente quería celeridad. En octubre nos apretaron para exigir elecciones en tres meses. Muchos se han quejado porque se ha incumplido”, reconoce Quim Llorens, miembro de su dirección.

Unos priorizan la unidad por encima de todo y se resignan por el bien del consenso. Otros creen que Forcadell ha fallado. Jordi Pagès, de la ANC Gironès, es de los primeros. El miércoles, entregó una carta a Mas exigiéndole comicios inmediatos: “A priori nos decepcionó la fecha, pero al final hay ilusión porque hay acuerdo”.

“Más vale pájaro en mano que ciento volando”, ilustra Josep Vidal, de la ANC Bellaterra. “Estoy contento por el acuerdo, pero hay que ver como se concreta, es incierto”, expresa Xavi Lloreda, de la ANC Franqueses del Vallès.

Pau Baig, de la ANC de Vilanova i la Geltrú, se felicita por lo conseguido, pero censura a la ANC por “meter leña” entre Junqueras y Mas. Mònica Solà, de la ANC Igualada y muy crítica con el pacto, cree que Forcadell “ha sido domesticada” por Mas, y concluye: “Como ANC, tendríamos que estar al margen de los políticos, presionar e incomodar”. Forcadell no durará mucho más en la dirección: en mayo próximo concluye su mandato y no podrá renovar por cuarta vez.