Megasa y el comité pactan prejubilaciones en vez de despidos
La compañía reconsidera su decisión de despedir a 47 trabajadores y acepta el retiro de 39 operarios, todos ellos mayores de 56 años
La dirección de Megasa y su plantilla han llegado a un acuerdo para suavizar con 39 prejubilaciones el despido colectivo que inicialmente planteó para un tercio del personal y que afectaría a 47 de sus 168 operarios en la siderúrgica de Xuvia (Narón). El pacto supone anticipar el retiro de 39 empleados —mayores de 56 años— para recortar un turno en la producción, una medida que sustituye la primera propuesta para liquidar a la tercera parte de su plantilla (28%), una medida traumática para una fábrica emblemática de la industria pesada gallega que fue muy contestada por sus trabajadores, que no entendían cómo con la factoría fabricando y vendiendo a buen ritmo, la patronal planteaba un ajuste tan duro.
El acuerdo alcanzado a medianoche entre la empresa y el comité fue en la tarde de este miércoles mayoritariamente por la asamblea de trabajadores de la planta, que lleva décadas asentada en la ribera de la ría ferrolana produciendo varilla de acero, que sirven de esqueleto a la construcción de edificios. El presidente del comité, Carlos Bascoy (UGT), reconoce que la negociación ha sido “muy difícil”, tras una negociación maratoniana de más de ocho horas y media en la sede del Consello Galego de Relacións Laborais, en Santiago. Las posiciones iniciales entre la patronal y los sindicatos estaban tan enconadas que tardaron semanas en ponerse de acuerdo sobre el lugar físico en el que tenía que llevarse a cabo la negociación. Los trabajadores exigían que fuera en la propia fábrica mientras que los dueños de Megasa planteaban hacerlo en un hotel coruñés, una opción que la plantilla rechazó de plano.
Los 168 empleados de Megasa, propiedad de la familia Freire, habían sobrevivido a un 2014 muy difícil tras los cambios que el Gobierno central introdujo en el decreto eléctrico para bonificar a los grandes consumidores y que beneficiaba —se quejó la dirección— a sus principales competidores, la catalana Celsa.
Megasa, una de las fábricas consolidadas de la ría de Ferrol, llegó a emplear a más de 200 personas y generaba docenas de puestos inducidos en transporte y logística al exportar su mercancía a través del puerto exterior. Cerró 2013 con una producción del 575.000 toneladas de acero corrugado y terminó 2014 con medio millón, una cifra nada desdeñable, destacó el comité. La crisis del negocio inmobiliario llevó a Megasa, Metalúrgica Galaica o el brazo industrial del grupo Freire a enfocarse en otros mercados y vender su producción al Magreb y a Angola. Megasa planteó, por sorpresa, la apertura del periodo de consultas para un procedimiento de despido colectivo a finales de noviembre, justo después de la primera subasta de bloques energéticos con descuento del Ministerio de Industria en el que la empresa se consideró perjudicada, al igual que Alcoa, que amenazó también con cerrar las fábricas de A Coruña y Avilés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.