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PSOE e IU acuerdan bajar la tensión para preservar el pacto de Gobierno

Jiménez y Maíllo defienden la necesidad de cumplir el acuerdo de coalición

Lourdes Lucio
El coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, en noviembre.
El coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, en noviembre. PACO PUENTES

Una conversación telefónica la noche del martes entre el secretario de Organización socialista, Juan Cornejo, y el coordinador de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha puesto fin, por ahora, a la tensión entre los socios del Gobierno andaluz de coalición. Después de una semana de advertencias mutuas, en la que el PSOE ha dejado abierta la puerta a un posible adelanto electoral, toca replegar velas. Ambos acordaron no hinchar más el globo con declaraciones.

El primero en hacerlo fue el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, el martes pasado. Y este miércoles, por este orden, el portavoz socialista, Mario Jiménez, en rueda de prensa; y Maíllo, a través de un comunicado. Ambos han insistido en la necesidad de cumplir el acuerdo de Gobierno, cuyo desarrollo en el terreno legislativo es muy magro. De las 28 leyes comprometidas, solo dos (Transparencia y Transexualidad) han visto la luz. Para aprobar diversas regulaciones, el Ejecutivo ha preferido el decreto ley. Hasta en 16 ocasiones se ha utilizado esta vía, que solo debe emplearse para asuntos de urgente necesidad, el pasado año.

“Queda más de un año de legislatura y los compromisos que firmamos en el acuerdo por Andalucía van a cumplirse escrupulosamente”, ha señalado Mario Jiménez, tras apelar “al principio de autoridad” de la presidenta de la Junta, Susana, Díaz, e instar a IU a “aclararse”. Momentos después, Maíllo ha dejado por escrito estas palabras: “La estabilidad depende de algo tan sencillo como el cumplimiento de los acuerdos plasmados en el pacto por Andalucía”.

El PP pide rigor

El presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, ha pedido a los socios del Gobierno andaluz “rigor” y que resuelvan sus diferencias “en privado” ya que eso afecta “a la imagen, la credibilidad y pone en riesgo posibles inversiones” en la región, ha afirmado en un acto en Isla Cristina (Huelva). “Cuando uno va a ser una inversión fuerte quiere estabilidad, un marco político claro”, ha dicho, en su opinión, la posibilidad de un adelanto electoral está generando “pérdida de inversión en Andalucía”, pues los inversores saben que “desde que se disuelve el Parlamento hasta que se constituye uno nuevo pasan tres meses en los que hay una parálisis brutal de los procedimientos administrativos”. Y ha añadido: “No podemos estar en ese juego que tienen IU y PSOE de tirarse los trastos a la cabeza”.

No hay discrepancia entre el PSOE e IU en las iniciativas que debe impulsarse: banca pública, renta básica, ley de agricultura, ley contra la violencia de género y garantizar unos mínimos vitales de luz y agua. Para IU, todas deben estar en marcha antes de junio. Si entonces no lo están, la dirección de IU estudiará si convoca un referéndum entre sus bases sobre el pacto. Es decir, lo haría (o no) después de ver cómo queda el mapa municipal, donde todos los partidos vaticinan que habrá que fajarse en pactos para garantizar mayorías en los Ayuntamientos.

En ese comunicado, Maíllo deja muy claro que la polémica por el anunciado viaje del vicepresidente de la Junta y ex coordinador general a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) no es una decisión de su formación, sino del propio Valderas. A esta visita se niega Susana Díaz para, según la versión de los socialistas, no enturbiar las relaciones con Marruecos, aunque en el fondo lo que subyace es una cuestión de autoridad.

Maíllo califica ese choque de “disonancia” entre la presidenta “con su vicepresidente”, por lo que rechaza contribuir a dar más alas a la polémica para no perjudicar al Frente Polisario. Desde el entorno de Valderas ya advirtieron el martes que decidirá “con tranquilidad pasmosa” si viaja a Tinduf.

El acuerdo entre PSOE e IU de rebajar la tensión arrincona la hipótesis de un inminente adelanto electoral, pero no despeja la duda de si la legislatura andaluza llegará hasta la primavera de 2016. A IU no le interesa una convocatoria anticipada por una ruptura. Antes quiere que los ciudadanos vean qué va a hacer Podemos en aquellas ciudades y comunidades autónomas donde las encuestas le dan un papel de bisagra en futuros gobiernos. Pero Maíllo tendrá que manejar con mucho tino una situación cargada de tensión por la campaña de las elecciones municipales del 24 de mayo.

Los socialistas, por su parte, ya han dejado de hablar de que quieren agotar la legislatura. Y hay dirigentes en el entorno de la presidenta que son partidarios claros del adelanto.

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