De vía de servicio a ruta turística
La recuperación del Caminito del Rey, transitable a partir de febrero, pone en valor uno de los rincones más fascinantes de Málaga
Un puente de 32 metros de largo colgado a 105 metros de altura en el Desfiladero de los Gaitanes, que atraviesa el río Guadalhorce, es el punto más impresionante del Caminito del Rey. El sendero junto al cañón de piedra, en el interior de la provincia de Málaga, es muy popular en la tierra y entre alpinistas y amantes del deporte de riesgo, pero desconocido para el visitante de fuera. Fue construido a principios del siglo XX para facilitar el trabajo de los operarios de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro y tomó su nombre tras la visita de Alfonso XIII, en 1921, para inaugurar la presa del pantano Conde del Guadalhorce. La historia de esta singular vereda está plagada de leyendas, accidentes mortales y pugnas políticas, y un siglo después será reconvertida en ruta turística. Su apertura al público está prevista para el próximo febrero.
La Diputación de Málaga financia el proyecto de recuperación, cambiado en dos ocasiones para reducir su impacto en el entorno y obtener la autorización ambiental unificada de la Junta de Andalucía. Las trabas administrativas se prolongaron durante dos décadas. El Caminito del Rey se desliza por los términos municipales de Álora, Ardales y Antequera (el plan especial se extiende también a Valle de Abdalajís), con Ayuntamientos de distinto color político, y su nuevo trazado es mucho menos agresivo con el paraje natural. Esta circunstancia, junto a la rebaja del presupuesto, lo ha hecho posible. El coste de la obra ronda los 2,5 millones y se destina una cantidad similar a la adecuación de los accesos y otros equipamientos complementarios.
“Se trata de recuperar el recorrido, más que el camino antiguo”, apunta el arquitecto Luis Machuca, responsable del proyecto. El sendero original, muy deteriorado, queda bajo el nuevo como arqueología industrial. Seis kilómetros separan la estación de tren de El Chorro del pantano y el paseo oficial se plantea a lo largo de cuatro. Las pasarelas junto a la roca discurren por 1,6 kilómetros para atravesar los desfiladeros de Los Gaitanes, enorme, y el Gaitanejo, más pequeño. En medio se encuentra el Valle del Hoyo, adecuado para el recorrido como una pista forestal.
Los obreros de este camino entre cañones son alpinistas acostumbrados a trabajos verticales. El jefe de obra es espeleólogo y el suministro y retirada de material se ha hecho con helicóptero. El suelo de los llamados balconcillos, de un metro y medio de ancho, es de madera y la pasarela está protegida por una barandilla exterior con una malla de acero inoxidable. “Se ha buscado que se produzca el menor impacto paisajístico posible”, insiste el arquitecto.
El suelo del nuevo puente colgante, también sobre el viejo de piedra, es de rejilla de acero, algo que evita que se forme efecto vela por el viento y permite ver el fondo del desfiladero. Muy cerca se ha construido un mirador, para los más valientes, con suelo de vidrio. “Parece que se pisa sobre la garganta”, ilustra Machuca.
La Diputación gestionará el Caminito del Rey los primeros seis meses desde su apertura y la visita será gratis durante este tiempo (aún no está decidido qué fórmula de administración se aplicará después). A principios de febrero se activará una central de reservas, similar a la de la Alhambra. Está previsto configurar grupos de entre 25 y 30 personas, se prohibirá la entrada a niños menores de 10 años y el uso de casco será obligatorio todo el trayecto. En cada acceso (El Chorro, en Álora, y el pantano, en Ardales) habrá un autobús lanzadera para trasladar al turista al punto de salida.
La apertura del sendero acabará con años de incursiones furtivas, con desenlace mortal en varias ocasiones. El Caminito del Rey se cerró en la década de los 90 y se volaron las dos entradas para evitar el paso, pero las visitas clandestinas no han cesado. La obra, que ejecuta la empresa Sando, ha sufrido varios robos de material que se achacan al intento de los supuestos promotores de estas excursiones ilegales de retrasar el proyecto.
Quienes esperan con los brazos abiertos el nuevo itinerario son los municipios, los grandes beneficiados de su impacto turístico. La segunda etapa de la Vuelta ciclista 2015 terminará en este paraje natural, a la vista de las rapaces que sobrevuelan el desfiladero.
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