Pako Revueltas revisita ‘Una casa de muñecas’
La obra de Ibsen se presenta en un montaje de pequeño formato protagonizado por Enriqueta Vega y Ramón Ibarra
El Teatro Arriaga, de Bilbao, inicia su programación de 2015 con la puesta en escena de una adaptación propia del clásico del dramaturgo noruego Henrik Ibsen Una casa de muñecas, en la que aborda los conflictos en las relaciones hombre-mujer, también en el mundo del teatro.
La obra, de pequeño formato, está dirigida por Pako Revueltas y adaptada la dramaturgia para la ocasión por Angel Mirou, y cuenta con un elenco de actores encabezado por Enriqueta Vega y Ramón Ibarra, que dan vida al matrimonio protagonista del drama.
El reparto se completa con la participación del veterano Josu Cámara, y los jóvenes Eneritz Artetxe y Na Gómez.
El montaje se ha llevado a un registro interpretativo en el que se busca un falso realismo, mezclando realidad y ficción, según ha explicado su director. Para conseguir este efecto de conflicto de pareja cotidiano y ordinario en la vida real, pero trasladado a la lucha actor-actriz, o director-actriz, Revueltas ha señalado que se ha despojado a la interpretación de los actores de todo artificio, sin imposturas, dejando que esta fluya libremente en cada momento.
Con ello se consigue un efecto de naturalidad en la acción que es falso porque en realidad "todo esta muy dirigido, muy metido en roles,cada actor hace un papel que en casi ningún caso tiene que ver con su forma de ser o pensar".
Pese a todo ello, "lo que es la obra de Ibsen se ve y se entiende en el montaje que hemos preparado; es decir, que alguien que no haya leído la obra, al ver la nuestra va a entender de qué va".
La protagonista principal de la pieza, Enriqueta Vega, ha apuntado, por su parte, que la obra de Ibsen, estrenada en 1879, aunque es ya un clásico de la literatura no pasa de moda y "nos toca mucho a todos y a todas".
La obra de Ibsen generó una gran controversia a finales del siglo XIX por abordar la situación de supeditación de las mujeres a sus maridos en el matrimonio y, con el paso del tiempo, se convirtió en un símbolo de la lucha de las mujeres en defensa de su dignidad y en favor de la igualdad de sexos.
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