“Que se haga justicia porque se iba a mandar a la cárcel a un inocente”
Iñaki González subraya que “salga la verdad” y ahora reactivará su indulto
“Lo más importante es que se ha conocido la verdad”. Así valoró ayer Iñaki González, asesor fiscal condenado a 4 años y 9 meses de cárcel por apropiación indebida en base a una querella de Talleres La Casilla, la sorprendente revelación del abogado acusador, Iñaki Gómara, de que “es inocente”, reproducida por EL PAÍS en su edición dominical. “Moral, ética y cristianamente, para mí este reconocimiento de inocencia lo es todo porque se me estaba haciendo un daño irreparable”, añadió. Como consecuencia de la sentencia, González fue inhabilitado profesionalmente durante el tiempo de la pena, apartado por la Diócesis de Bilbao de sus funciones pastorales, así como de la Universidad y del Colegio Profesional de Asesores. “Espero que ahora se haga justicia porque se iba a mandar a la cárcel a un inocente”, reiteró ayer este asesor. Ante la nueva situación creada a partir de las explícitas manifestaciones de Gómara, que aportan sin duda un giro sustancial a los hechos sentenciados por la Audiencia de Bizkaia, González adelantó su propósito de “estudiar con mis abogados” los pasos a seguir y de una manera especial “activar en la medida de lo posible el proceso de indulto que está a punto de ser firmado”.
La petición de indulto fue solicitada por la familia del condenado y tuvo el respaldo del propio Gómara. No obstante, en su tramitación al Ministerio de Justicia estuvo acompañada por el informe desfavorable de la Audiencia de Bizkaia, una decisión considerada como “lógica” en medios jurídicos. Ahora, con las aportaciones del abogado de la parte querellante la defensa de González entiende que se abre una puerta a la esperanza del indulto. “Sabemos que la decisión sobre nuestra petición de indulto está a punto de ser firmada y por eso vamos a dirigir un escrito al Ministerio de Justicia añadiendo la confesión y los nuevos datos que se aportan sobre este caso”. González está “especialmente agradecido” a Gómara “por la sinceridad y la entereza” que ha mostrado para “atreverse a contar la verdad, demostrando su gran calidad humana”. Según el asesor, “nunca le dejaré de agradecer que se haya volcado hacia mi persona desde hace tiempo cuando vio que siendo inocente iba a entrar en la cárcel”. González conoció después del verano que Gómara se había sentido engañado por los dueños de Talleres La Casilla y que “le apesadumbraba” la posibilidad de que pudiera entrar en la cárcel para cumplir condena cuando sabía que “era inocente”.
Desde entonces, ambos han mantenido una estrecha relación, ofreciéndose Gómara a secundar cualquier iniciativa que impidiera a González cumplir la condena. “Desde que me dijo la primera vez que yo era inocente, no ha dejado de mostrarme su apoyo”, recuerda el asesor condenado. Gómara ha desvelado ahora la clave de todo el proceso judicial seguido por Talleres La Casilla contra su entonces asesor fiscal, Iñaki González (IG Consuting). La empresa de los hermanos Diaux, ahora disuelta, siempre ha sostenido que desconocía la existencia de las facturas por prestación de servicios que le iba girando la asesoría de González. Sin embargo, en su libro mayor del año 2000 ya se constatan diversos pagos de facturas por estos trabajos. Incluso, todas las facturas recibidas desde el año 2000 al 2005 por la asesoría de González a Talleres La Casilla están contabilizadas en los libros oficiales de contabilidad de los denunciantes.
Gómara se ha sentido
Gómara así lo reconoce ahora aunque en el juicio aprovechó que el cambio del sistema informático aplicado por la empresa de González introdujo unos cambios en la identificación de las polémicas facturas, que luego resultaron clave. Aunque un informe pericial de una técnico de la Hacienda de Bizkaia no apreció “delito” pero “sí disfunciones” en la situación contable de IG Consulting, la sala de la Audiencia de Bizkaia se sumó a la tesis de la parte querellante para sostener la condena. Esta sentencia anulaba los fundamentos de dos autos de sobreseimiento de la querella, conocidos en 2007 y 2011. En ambos casos se indicaba que “las facturas aparecen documentadas en autos y si bien no coinciden algunas fechas, en esta cuestión no se debe responsabilizar a Iñaki González”. Incluso, en uno de ellos se constata que “no puede apreciarse la falsedad”. Tras conocer el arrepentimiento de Gómara, González señaló ayer cómo en el informe de la perito de Hacienda “no se acreditó que el condenado se haya apropiado de las sumas recogidas en la querella”, aunque en aplicación de la condena se ha visto obligado a devolver los casi 0,9 millones. “He pagado dos veces”, recordó. “En la primera, pagué el IVA de las facturas de mis ingresos profesionales y luego he tenido que devolver íntegramente y con intereses un dinero que eran mis honorarios por hacer mi trabajo, habiendo evitado que los hermanos Diaux fueran a la cárcel por sus deudas con Hacienda y logrando una quita”.
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