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SOS de Cáritas: la pobreza se cronifica

Más del 60% de las personas atendidas por la entidad en 2014 ya habían recibido ayuda en años anteriores

Jessica Mouzo
Usuarios de un comedor social.
Usuarios de un comedor social.Carles Ribas

La pobreza se agrava en Cataluña: cada vez son más y con mayores carencias las personas que precisan ayuda para cubrir sus necesidades básicas. A tenor de los datos que revela el balance anual de Cáritas de Barcelona, la cronificación de la pobreza se arraiga en la comunidad. El 60% de los hogares atendidos por la entidad este año ya había recibido ayuda en años anteriores. La ONG prestó asistencia en 2014 a 174.000 personas, un 5% más que el año anterior.

Saturada por una avalancha de casos de exclusión social que no cesa, Cáritas ha alertado esta mañana de que la pobreza en Cataluña se ha hecho más "extensa, intensa y profunda". Atrás queda la radiografía que se hacía hace unos años de una pobreza estructural constante y difícil de erradicar: "Estas situaciones están repuntando. Ya no se limita a una pobreza estructural, sino que está llegando a las clases medias", ha avisado el director de la entidad, Salvador Busquets.

El perfil de las personas que acuden a pedir ayuda también ha ido cambiando al ritmo que avanzaba la crisis económica: los usuarios de Cáritas nacidos en España ya suponen la mitad de todas las personas que atiende la organización humanitaria. La pobreza crónica que se extiende por la comunidad ha incidido especialmente además en familias con hijos y monoparentales. De hecho, los niños se han convertido en el colectivo más vulnerable y que más preocupa a los expertos de la entidad. "Ellos lo captan todo, aunque parezca que no. Los niños tienen mucha resiliencia pero se ha triplicado la atención psicológica a los más pequeños porque lo están viviendo todo y se dan cuenta", ha explicado la responsable de Programas y Servicios de la ONG, Mercè Darnell.

Si bien el número de personas atendidas este año es un 35% superior a las registradas en 2009, la cantidad de servicios prestados por la ONG han aumentado muchísimo más, un 56% en el mismo período. "La pobreza es más intensa. La gente cada vez tiene más necesidades", ha insistido Busquets. El balance de la entidad revela que más de la mitad de las ayudas económicas (un 58%) van destinadas a la vivienda, ya sea para pagar alquileres o recibos de agua, luz y gas. No en vano, el número de familias en situación de pobreza energética y que precisan ayuda para hacer frente al pago de suministros se han multiplicado por ocho.

La entidad también ha alertado de que en los próximos años se avecina una nueva ola de desahucios que serán más difíciles de solucionar porque el problema no se quedará en los inquilinos que no podrán pagar el alquiler a los propietarios particulares, sino que los mismo dueños de la vivienda precisarán estos ingresos para vivir. "La multiplicidad de propietarios, sus necesidades, harán el problema más complejo y complicado", ha indicado Busquets, que ha pronosticado que el fenómeno aparecerá el próximo año, pero se extenderá a los siguientes si la tasa de empleo no mejora.

Las necesidades alimentarias y de salud también han obligado a aumentar las partidas destinadas a cubrir estas carencias. Aunque la entidad ha aplaudido que los indicadores macroeconómicos den señales de mejora, el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de Cáritas, Lluis Martínez Sistach, ha advertido de que estos datos no revierten en las familias. "Las consecuencias económicas no sólo persisten, sino que han aumentado".

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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