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La acción ecologista en Cofrentes se salda con 20.000 euros de multa

La juez no les condena por desórdenes públicos ni por lesiones

Los 16 activistas de Greenpeace y el fotoperiodista Pedro Armestre el primer día de juicio, el pasado 4 de diciembre.
Los 16 activistas de Greenpeace y el fotoperiodista Pedro Armestre el primer día de juicio, el pasado 4 de diciembre.Mònica Torres

Los 16 activistas de Greenpeace que participaron en 2011 en una acción de protesta en la central nuclear de Cofrentes han sido condenados al pago de 1.080 euros cada uno por sendos delitos de daños, así como al pago de 2.232 euros de indemnización a la propietaria del complejo, Iberdrola. Todo ello suma cerca de 20.000 euros. La sentencia les exonera de los delitos de lesiones y desórdenes públicos, de los que estaban acusados. El fotoperiodista Pedro Armestre, que cubrió informativamente la acción, ha sido absuelto de todos los cargos.

La magistrada solo castiga la rotura de la valla y otros daños menores en su sentencia

Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 15 de febrero de 2011, cuando los 17 detenidos entraron en la central nuclear de Cofrentes, en la provincia de Valencia. Algunos de ellos se subieron con cuerdas a una de las torres de refrigeración y pintaron en ella las palabras “peligro nuclear”.

Tanto la fiscalía como las partes afectadas y personadas en la acusación —la energética española Iberdrola y los guardas de seguridad— acusaban a los encausados de herir a algunos de los vigilantes durante el asalto y de cometer un delito de desórdenes públicos, por todo lo cual pedían penas de cárcel de dos años y ocho meses, así como el pago de 360.000 euros. Desde el primer día de juicio, los acusados reivindicaron el carácter pacífico que tuvo la protesta en todo momento y que no actuaron de manera organizada.

La torre de refrigeración de Cofrentes, pintada por activistas de Greenpeace en febrero de 2011.
La torre de refrigeración de Cofrentes, pintada por activistas de Greenpeace en febrero de 2011.Greenpeace

La magistrada solo castiga la rotura de la valla y otros daños menores en su sentencia. Esta no es firme, y ayer se abrió un plazo de diez días en el que cualquiera de las partes podrá interponer recurso de apelación ante la Audiencia Provincial.

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“La sentencia ha dejado claro que han sido en vano los intentos de criminalizar la protesta pacífica y el activismo ecologista. Demuestra que la protesta en la central nuclear de Cofrentes fue siempre pacífica y que jamás se dañó a nadie”, ha declarado Mario Rodríguez, director de Greenpeace España, a través de la web de la entidad. “No van a callarnos ni con amenazas de multas millonarias, ni con amenazas de cárcel. Tenemos a nuestra espalda más de 40 años de activismo pacífico por el medio ambiente y continuaremos con nuestra labor”, ha advertido.

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