‘MES és menys’
Salir del PSC para fundar una especie de PSC aún más pequeño y menos influyente es algo difícil de comprender
En una entrevista en Catalunya Ràdio, Antoni Castells adujo las siguientes razones y reflexionespara dar cuenta de la génesis de MES (més esquerra), la escisión del PSC. 1. La consulta. Según Castells, los ciudadanos de Cataluña tienen derecho a ser consultados sobre qué tipo de relaciones quieren establecer con el Estado. 2. Negociación con el Estado. Tanto la consulta como una eventual independencia deben ser el fruto de algún tipo de pacto con el Estado. En otras palabras, un rechazo inequívoco por parte de Castells de la vía unilateral.
3. Constitución y consulta. Castells, recurriendo a Rubio Llorente, afirma que es posible realizar la consulta sin ir más allá del marco constitucional. Aquello que reúne más adhesiones es el hecho de que los ciudadanos catalanes quieren ser consultados. Los argumentos a favor de la consulta superan, según Castells, a los argumentos a favor de la independencia. 4. Socialismo catalanista. MES es una fuerza política que aglutina a independentistas y a no independentistas (federalistas, supongo). En este sentido, dijo Castells, MES no es independentista.
Cabría preguntarse si hay algún partido en el arco político catalán que pudiera alegar estas mismas razones para explicar su posición actual sobre el pleito territorial. En relación a la consulta, hay varias formaciones políticas que abogan por un proceso fundado en la regla de la mayoría para establecer el status institucional de Cataluña. Entre esas formaciones, puede encontrarse el PSC. Sobre la negociación con el Estado, hay una formación que ha defendido que la actual situación sólo admite una salida razonable: los ciudadanos de Cataluña deben poder decidir qué modelo territorial quieren y, a la vez, tanto la consulta como la aplicación de su resultado, sea el que sea, deben ser gestionadas mediante acuerdos y pactos con el Estado. Esa formación es el PSC.
En relación al tercer punto, algunos han sostenido que existe una interpretación constitucional en que es posible la consulta siempre y cuando esta sea pactada con el Estado. Probablemente el PSC no es el único partido que, más o menos explícitamente, ha afirmado esto, pero sí parece que el PSC es el partido que lo ha defendido — con altos costes electorales, por cierto— de forma no instrumental. Los mejores argumentos son a favor de la consulta, no a favor de la independencia. Los mejores argumentos, aquellos que suscitan más consenso y que satisfacen consideraciones morales (participación, igualdad) menos controvertidas, son los argumentos a favor de la consulta. Los argumentos a favor de la independencia apelan a consideraciones más difíciles de aceptar de forma compartida en una sociedad compleja y más difíciles de compatibilizar con un ideario izquierdista. De nuevo, la posición del PSC puede ser reconstruida entendiendo que los argumentos para la consulta reúnen más virtudes que los argumentos para la independencia.
Con respeto al socialismo catalanista, en su seno hay diferentes nociones acerca de qué es Cataluña. El PSC albergaba, hasta la escisión de MES, y quizás sigue haciéndolo ahora, diferentes concepciones de qué es Cataluña y en qué debería transformarse.
El resultado de esta comparación es que MES ha sido fundado sobre la base de las razones y los juicios que llevan al PSC a mantener la posición que postula en este momento. Es de suponer que las razones que explican la escisión no pueden ser sólo las aducidas por Castells. De lo contrario, sería difícil explicar racionalmente sus motivos. Si las razones invocadas por Castells consistieran en que el PSC no es un partido independentista y que lo que hace falta es una formación socialista e independentista, la ruptura tendría sentido y estaría justificada (como fue el caso de Ernest Maragall).
Una explicación semejante era, creo, la que mucha gente esperaba. Aunque a fin de cuentas quizás quepa una explicación alternativa. El objetivo de MES es que haya un partido de inspiración socialista y de obediencia catalana. Pero esto tampoco es demasiado prometedor para entender la ruptura, pues es de sobras conocido que existe un pleito entre PSC y PSOE precisamente acerca de la realización de una consulta en Cataluña.
Por alguna razón, en MES ha cundido la extraña idea de que es más fácil llegar a un pacto con el Estado si se pierde capacidad de influencia en uno de los partidos que encarna ese Estado.MES, según Castells, considera que para resolver la situación actual hay que pactar con el Estado; y para llegar a ese pacto lo primero que hace es romper con quien constituye el interlocutor “natural” de parte de ese Estado. Puede ser que en MES vean cosas que no ve nadie más, pero una persona racional diría que esta ruptura aleja más el objetivo del pacto con el Estado.
Salir del PSC para fundar una especie de PSC aún más pequeño y menos influyente es un movimiento difícil de comprender para aquellos que observamos la realidad política de estos años acelerados. Invirtiendo el conocido lema de Mies van der Rohe, “MES és menys”.
Pau Luque es investigador en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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