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Danza contra los roles adolescentes

El documental independiente ‘Five days to dance’, dirigido por extrabajadores de Canal 9, se cuela en la cartelera comercial

Los autores del documental 'Five days to dance'.
Los autores del documental 'Five days to dance'.ÀNGEL SÁNCHEZ

“Imagina que una noche hay una plaga que acaba de golpe con toda la naranja valenciana y al día siguiente te levantas con inmensas extensiones de tierra baldía. El sector se colapsaría. ¿Qué harían los agricultores? Esa ‘plaga’ es lo que ha pasado con el cierre de RTVV y ha acabado con el sector audiovisual valenciano que tiene ante sí hectáreas de tierra baldía donde es muy difícil no rendirse”. En mitad de esta devastación nace Five days to dance, un documental rodado por extrabajadores de Canal 9 que no cesa de cosechar éxitos.

El símil de la destrucción del sector audiovisual en la Comunidad Valenciana es de Rafa Molés, codirector de la cinta junto con Pepe Andreu. Ambos trabajaron durante años en la televisión valenciana. “La gente no cree que se puedan hacer cosas porque somos el único territorio sin el soporte de una televisión pública”, dice. Pero se pueden hacer. El documental que empezaron a rodar cuando aún trabajaban en el ente es la mejor prueba.

La cinta es la historia de cómo Wilfried van Poppel, coreógrafo y bailarín holandés, y Amaya Lubeigt, bailarina donostiarra, combaten los roles sociales y estereotipos adolescentes con la danza. Ambos recorren los institutos europeos e interrumpen las clases durante toda la semana. En cinco días no se estudia, se baila. Son cinco días para cambiar las cosas. “En esta sociedad te enseñan a que tú tienes valor cuando consigues cosas y lo que estamos diciendo es ‘No, tú tienes valor por ser quien eres’”, dice Amaya en el documental que narra cómo se desarrolla este experimento en un centro donostiarra. El baile lleva a los jóvenes a abandonar el rol que tenían asumido. “No es una historia sobre danza, queríamos poner el dedo en la llaga de un sistema educativo que no nos atiende como personas”, cuenta Molés.

El resultado es Five days to dance, un documental coproducido por la valenciana SuicaFilms y la donostiarra REC, con ayuda del micromecenazgo y sin apoyo público en lo económico. El proyecto sí ha contado con el respaldo de la Universidad Jaume I de Castellón, que ha prestado el equipo técnico, y con el apoyo logístico de la capitalidad europea cultural de San Sebastián. Antes de lanzarse con el proyecto, tantearon el mercado europeo. “Hay que tener una perspectiva internacional, aquí no hay alternativas”, dice Rafa Molés. Y así empezaron a rodar cuando todavía trabajaban en Canal 9 y querían contar otras cosas que allí no tenían lugar. La grabación comenzó con el ERE y coincidió con el cierre. “Comenzaron a despedir a gente y esto afectó a la velocidad del documental”, apunta.

Su paso triunfal por los festivales como el de San Sebastián y México fue seguido del estreno en las salas de Barcelona y ha entrado dentro del circuito del ‘Documental del mes’. “Se iba a exhibir en 50 ciudades y al final son más de 60, es un fenómeno que nos desborda, en Valencia se vendieron las entradas (unas 300) dos días antes del pase…”, relata Molés. En Castellón, los pases comenzaron con retraso debido a las colas para comprar las entradas. Un éxito sin precedentes que les ha valido para entrar, el pasado viernes, en la cartelera comercial en los Cines Lys de Valencia. “Es totalmente extraordinario que esto ocurra en España con un documental”, dice. Y sin publicidad. Rafa Molés apunta al boca a boca como el responsable de esta fiebre por ver Five days to dance. Hasta les 'roban' los carteles publicitarios. "Son de Paula Bonet (reconocida ilustradora) y vuelan".

“Estamos muy agotados y las sorpresas nos sobrepasan, dijimos que íbamos a aspirar a todo, pero no se nos pasaba por la cabeza ni poder optar a los Goya ni estar en San Sebastián”, afirma. La Academia del Cine ha preseleccionado la película en nada menos que nueve categorías. Entre ellas, mejor película, mejor documental y mejor dirección novel. Pero el reconocimiento se extiende a todo el equipo. “Lo que más nos emociona es el reconocimiento que esto da a todos los que han colaborado”, explica Molés. En el proyecto han participado Paula Bonet, la ilustradora de Vila-real que ha diseñado el cartel y Montefuji, el grupo castellonense que ha compuesto la banda sonora, entre otros.

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Ante este éxito sin precedentes, Molés lamenta cómo se ha cerrado el camino de cientos de profesionales: “Que salga como nos ha salido es difícil, tenemos gente para hacer cosas (el 80% del equipo provine de la extinta RTVV), aunque estamos en las peores condiciones”. Ellos han logrado contar una historia que emociona y, quizá, como dice Wilfried van Poppel en la película, cuando se da algo bonito, se recibe algo bonito.

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