Rafael de Paula elude la prisión con el pago de una multa de 1.800 euros

El torero jerezano Rafael de Paula no irá a prisión. El juicio contra el diestro por amenazar a su abogado con una azada y un cuchillo ha acabado en acuerdo. Paula ha sido condenado a seis meses de prisión sustitutivos por una multa de 1.800 euros, a pagar durante un año a razón de cinco euros al día. El magistrado también le ha impuesto una orden de alejamiento del letrado durante dos años.

A la entrada en la Audiencia de Cádiz, el torero, de 74 años, decía tener "la conciencia tranquila", aunque ya apuntaba su arrepentimiento por haber entrado en el despacho de su letrado golpeando la puerta con una azada. “¿Se arrepiente de algo, maestro?”, le preguntó un periodista. “Hombre, yo me arrepiento, quizás, de que no he debido usar para abrir la puerta el cuchillo o una pequeña soleta”, respondió. “Espero que se haga justicia. Estoy preocupado porque estas cosas no son agradables, pero con la conciencia tranquila, que es lo principal, y es lo que decide si has obrado bien o has obrado mal”, añadía sereno.

Rafael de Paula fue detenido el pasado 30 de octubre por un delito de amenazas. Se presentó armado en el bufete después de que su letrado, unos días antes, se negara a presentar varias querellas contra la duquesa de Alba, Álvaro Domecq y el empresario Pedro Trapote porque, según Paula, estaban aireando la quiebra económica del torero. El diestro pasó la noche en los calabozos de la comisaría de Jerez y quedó en libertad provisional hasta la celebración de juicio, fijado para este viernes. El fiscal pedía un año de prisión. Finalmente, ha habido acuerdo y el abogado amenazado ha renunciado a pedir una cuantía económica por responsabilidad civil al exmatador de toros, que vive de una pensión de 800 euros.

En 1989, el torero  fue condenado a dos años de prisión por un delito de inducción al allanamiento de morada, con intimidación, tras la agresión que sufrió en marzo de 1985 José Gómez Carrillo, el presunto amante de la esposa del torero. En aquel mismo juicio se le absolvió del delito de homicidio o asesinato frustrado, del que le acusaron el fiscal y la acusación particular. Entonces se acusó a Paula, de pagar a dos jóvenes a través de un tercero para que apuñalaran a la pareja de su mujer.