PSC y ERC facilitan a Trias la aprobación inicial del presupuesto

Los grupos municipales del PSC y ERC facilitaron ayer la aprobación inicial del presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona para de 2015, al abstenerse en la comisión de economía convocada de forma extraordinaria. Socialistas y republicanos defendieron su voto, pese a no estar de acuerdo con las cuentas, argumentando que facilitar su tramitación supone facilitar también su debate y mejora. Un proyecto de cuentas que suma 2.550 millones de euros (0,9% menos) y que recorta la inversión en un 12%.

La teniente de alcalde de Economía, Empresa y Empleo, Sònia Recasens, tendió manos en todas las direcciones. A socialistas y republicanos les agradeció el apoyo en el primer round y tras afirmar que "no hay mejor forma de incidir sobre un presupuesto que facilitar su aprobación inicial", les aseguró: "Trabajaremos para que no lo tengan fácil para dar su voto negativo". A los dos partidos que votaron negativamente, PP e ICV, les pidió una actitud "más proactiva" y les tendió la mano: "Hagan alegaciones y las discutiremos". "Tendremos trabajo, pero no nos asusta", concluyó.

Recasens invitó a hacer propuestas en inversiones sociales y en barrios y aseguró que puede haber acuerdo. También insistió en que hay margen en lo que para el PSC es una línea roja para apoyar las cuentas: la bajada de las tarifas del transporte. Por la mañana, el alcalde, Xavier Trias, afirmó que será difícil bajar todos los precios pero afirmó que podrían hacerlo con algunos títulos. Ante los reproches del PP —que con su voto favoreció en 2012 y 2013 la aprobación de las cuentas—, Recasens recordó que mientras la Generalitat y el Ayuntamiento han aumentado sus aportaciones a la Autoridad del Transporte Metropolitano, la del Gobierno central ha caído en 35 millones (un 26%). Mirando a los concejales del PSC, dijo que trabajarán en un plan de choque para parados. 100.000 en la ciudad, casi la mitad de larga duración.

Tras el visto bueno a la tramitación, ayer, el presupuesto estará en exposición pública durante 15 días y está previsto que su debate definitivo se produzca en el pleno de diciembre.

Antes de revelar el sentido de sus votos, los grupos municipales criticaron las cuentas. El PSC, por boca de Joan Trullén, criticó que "no ponen el énfasis en el gasto, tratándose de una administración saneada" y que no se encaminan "a objetivos de equidad", pese a que Barcelona tiene superávit. Jordi Portabella, de ERC, apostó por aumentar las partidas en educación y explicó que el Gobierno municipal ha aceptado hacer un inventario de las propiedades del Estado en Barcelona.

Desde el PP, Javier Mulleras, tachó los presupuestos de decepcionantes. Los populares han hecho bandera de la "sumisión", a su juicio, del Ayuntamiento al ejecutivo de Mas. La comisión de seguimiento de la deuda, por la mañana, reveló que ha bajado a 154,1 millones tras la aportación de la Generalitat de 63,8 millones entre enero y septiembre.

El concejal de ICV Joaquim Mestre centró su intervención en cuestionar el aumento de las partidas en políticas sociales (un 13%), que considera "insuficientes", y recordó que los dos distritos con menor inversión por habitante, Nou Barris y Sant Andreu, son los más pobres.