Ciscar hace una tibia defensa de los ingresos y las cuentas de Presidencia

“No me compete a mí, sino al consejero de Hacienda”. Así se desmarcó este miércoles el vicepresidente de la Generalitat, José Ciscar, de las críticas de la oposición al proyecto de Presupuestos de 2015 porque considera que los ingresos previstos en él son “ficticios”. Ciscar se limitó a sostener que las cuentas son “realistas y realizables”, pero no entró al debate sobre la consignación como ingresos de 1.057 millones de euros del Fondo de Competitividad que teóricamente corresponden al año 2017 (“son una realidad”, dijo a los periodistas en los pasillos tras la comparecencia). Tanto el socialista Rafael Rubio, que los calificó como “una gran farsa, una gran mentira”, como Ignacio Blanco, de Esquerra Unida, que preguntó directamente si el Consell tiene autorización o no del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para disponer de esa cantidad, insistieron en ese aspecto de los Presupuestos. Por su parte, Josep Maria Pañella, de Compromís, señaló que las cuentas no son creíbles porque el grado de ejecución de inversiones y transferencias en 2014 ha sido muy bajo.

Si fue llamativa la actitud de Ciscar en ese asunto, más lo fue la que adoptó con las cuentas de la consejería de la que es titular, Presidencia, Agricultura, Alimentación y Pesca. El vicepresidente, que abrió las comparecencias en las Cortes Valencianas de los consejeros para explicar el Presupuesto, minimizó las referencias al área de Presidencia, fomentando la impresión de distanciamiento con el equipo del jefe del Consell, Alberto Fabra, y se extendió en lo que afecta a la agricultura, la industria agroalimentaria y la política del agua. El departamento que dirige, explicó tiene un presupuesto consolidado de 742,3 millones de euros (incluyendo organismos con la Epsar, que gestiona las depuradoras y acapara 259,7 millones).

Cuando Blanco le recordó que el 29 de septiembre reunió a los grupos para proponerles un pacto por la transparencia y quedó que respondería a sus peticiones de que el Consell renuncie a presentar recursos a las sentencias que lo condenan a entregar información a los diputados, Ciscar respondió: “Tendrá cumplida información, pero no es ese el objeto ahora”. Al recriminarle que tanto él como Fabra evaluaran hace un año en 40 millones el coste de cerrar Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) y sin embargo hay más de 90 millones en el presupuesto de 2015, se remitió a los liquidadores de la empresa pública. Ante la pregunta de Rubio de si el Consell prevé hacer encuestas electorales, llegó a asegurar: “Desconozco si la dirección general quiere hacer alguna”. Sí que fue beligerante al defender la partida de 3,5 millones en promoción institucional, que la oposición cree que se utilizará para propaganda de Fabra de cara a las autonómicas de mayo. Se destina ese dinero a “campañas de información y concienciación ciudadana”, dijo. Y añadió: “Estamos preparando una campaña para incentivar el consumo de productos valencianos”. Ciscar retó a la oposición a manifestarse contraria a ese tipo de promoción.

También compareció ante la Comisión de Economía de las Cortes Valencianas el consejero de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, que dijo priorizar la política contra el paro, con 258 millones destinados al Servicio Valenciano de Empleo (Servef). La oposición los calificó de “insuficientes” para reactivar la economía y crear empleo. La titular de Educación, Cultura y Deporte, María José Catalá, explicó que destinará 40 millones a combatir el fracaso escolar y que licitará 26 nuevos centros docentes. La oposición puso en duda que con 61 millones pueda construir esos centros y la acusó de seguir fomentando la privatización de la educación.