“Al final, van a convertir a España en el país de los 0 responsables”

Si hace un mes aún brillaba el sol y hacía calor, el recientemente implantado horario de invierno ha hecho que este día 3 fuese de noche a las 7 de la tarde y se viese más gente con chaqueta. En cualquier caso, otra vez (y ya llevan ocho años), ahí estaban los ciudadanos apoyando a las víctimas del accidente del metro de Valencia, ocupando la Plaza de la Reina —casi en toda su capacidad— y reclamando justicia. Una justicia que sigue sin llegar. "Al final, van a convertir España en el país de los 0 responsables", dijo Beatriz Garrote, presidenta de la asociación, que, como viene siendo habitual, guardó un sitio en su alocución para los damnificados en otros siniestros, en este caso en la fiesta de Halloween de hace dos años en Madrid y en la destrucción del Yak-42.

Después de los habituales cinco minutos de silencio —"de respeto y dignidad ciudadana, esa que tanta falta le hace a nuestros representantes", dijo Garrote—, llegó el momento de la habitual lectura del manifiesto, centrado en las novedades que ha traído últimamente el proceso judicial. La Asociación de Víctimas entiende que las recientes declaraciones de los imputados Francisco Orts, Francisco García Sigüenza y Vicente Contreras —respectivamente, exresponsable de Proyectos, exdirector técnico y exdirector de Explotación de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV)— no han hecho sino confirmar lo que llevan reivindicando en el colectivo desde hace ocho años: "Que Metrovalencia disponía de las medidas de seguridad necesarias para evitar el accidente y no las empleó por dejadez". El resultado, de un modo u otro, fue la mayor tragedia de metro de la historia de España, con 43 muertos y 47 heridos.

No faltaron tampoco las menciones a los dirigentes políticos valencianos. A Isabel Bonig, presidenta de FGV en calidad de consejera de Infraestructuras, le preguntaron si "va a seguir excusándose en los 3 archivos judiciales", para contestar: "Pues ya no está archivado, esa excusa ya no le vale". Del presidente Alberto Fabra dijeron que su silencio es cómplice, y le pidieron "que deje de decir que nos lleva en el corazón pero que el accidente fue algo inevitable", y "que se vaya". Para cerrar la concentración hubo gritos de "¡Fabra dimisión!" y, con más fuerza: "¡Sí se puede!".