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“Nos enseñó a gozar de la literatura”

Homenaje al maestro de las letras hispanas Martí de Riquer de discípulos y familiares en la Universitat de Barcelona

Martí de Riquer en 1964 en el edificio histórico de la UB.
Martí de Riquer en 1964 en el edificio histórico de la UB.pérez de rozas

“Entraba en clase, empezaba a hablar y se creaba en el aula una suerte de nube en la que nos metíamos todos. Nos enseñó a gozar de la literatura. Cuando el bedel le decía que era la hora, nos dejaba vacíos, como huérfanos con una sola pregunta, ¿qué vamos a hacer ahora con nuestra vida corriente?”. Fueron algunas de las frases apasionadas pronunciadas por Rosa Navarro, catedrática de Literatura Española en la Universitat de Barcelona (UB) y alumna de Martí de Riquer en el curso de Literaturas Románicas. Como ella, muchos de los estudiantes que tuvieron la fortuna de frecuentar las clases del escritor, filólogo, romanista, medievalista y profesor barcelonés, han protagonizado un sentido homenaje en el Aula Magna de la UB, donde el polifacético humanista impartió sus clases entre 1950 a 1984.

Discípulos, familiares, colegas y admiradores, todos reunidos en el acto Martí de Riquer y la Universidad de Barcelona. El legado intelectual y humano para dialogar con el profesor, analizar su constante trabajo de investigación y recordarle a poco más que un año de su muerte, el 17 de septiembre de 2013.

Una atmósfera cargada de evocación y jovialidad tomó el edificio histórico de Letras en la Plaza Universitat, donde gradualmente se fue dibujando la imagen de un hombre que no solo fue filólogo, catedrático emérito de Literaturas Románicas y miembro de la Real Academia Española desde 1965, sino también, y sobre todo, generador de preguntas y estimulador de debates. Un maestro, en el sentido socrático del término. Preceptor, punto de referencia intelectual y ejemplo para muchos de aquellos exalumnos que, gracias a su inmensa y aguda sabiduría, se enamoraron de los textos literarios medievales románicos, de Cervantes y del Quijote, del leyendario Perceval y de los caballeros artúricos. Un maestro que, al mismo tiempo, nunca se cansaba de aprender y acumular libros en la imponente biblioteca de su casa, una de sus mayores herencias.

Francisco Rico cerró

“Los libros siempre han sido parte de nuestra familia, porque la verdad es que hacían parte de la casa. La biblioteca de mi padre se desplegaba literalmente a lo largo de todos los rincones”, contó Isabel de Riquer, profesora emérita de Filología Románica e hija del gran literato fallecido a los 99 años que luchó en la Batalla del Ebro durante la Guerra Civil, fue nombrado Marqués de Casa Dávalos y pasó a ser también profesor del príncipe Juan Carlos en 1960. Nieto del multifacético intelectual Alexandre de Riquer y filólogo autodidacta, sus intereses literarios no se resolvían exclusivamente en la lingüística. Desde Esquilo, las Vidas Paralelas de Plutarco, Shakespeare, Verlaine, Cocteau hasta Balzac, Proust, Dickens, Tolstoi —con particular predilección por Guerra y Paz—, pasando por la literatura italiana, francesa, alemana, gallego-portuguesa, hispanoamericana y también las novelas policíacas, Conan Doyle, Simenon y Agatha Christie.

“La devoción por la filología clásica empezó durante la guerra y durante toda su vida nunca dejó de leer. Incluso hizo construir en el garaje un trastero para poder guardar colecciones de obras, revistas, la biblioteca de autores españoles, catálogos de exposiciones y muchos otros libros”, relató la profesora tras haber rememorado varias anécdotas divertidas logrando poner en relieve la magnanimidad y el sentido del humor de su padre. “Su principal faena era comprar libros que, a menudo y con mucha generosidad, prestaba. Sin embargo nunca perdía de vista todos aquellos que tardaban en devolverlos”.

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Al evento, que terminó con un concierto del coro Ardit-Ensemble, participaron además Glòria Soler, biógrafa del filólogo y Francisco Rico, discípulo de Martí de Riquer, historiador de la literatura y erudito de la lengua española, quien cerró las intervenciones con una clase magistral dirigida a comentar el vasto trabajo de investigación de Riquer sobre Cervantes. “La obra del maestro sobre el Quijote es histórica, en el doble sentido de que tiene un valor permanente y está perfectamente datada”, afirmó el académico resaltando que “lo que Riquer poseía era un vasto territorio propio de gustos e intereses”.

 

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