La vigilancia policial retrasa el desarme de ETA, dice Currin
Los observadores internacionales ven “nula cooperación” de España y Francia
La organización terrorista ETA, que hace tres años declaró el cese definitivo de su actividad armada, está encontrando “problemas logísticos” para culminar el proceso de desarme que inició tímidamente a comienzos de este año. El abogado sudafricano Brian Currin, que lidera el Grupo Internacional de Contacto (GIC), considera que la ausencia de avances en la entrega efectiva de las armas, el paso previo para la disolución de la banda criminal, se debe a la vigilancia policial a la que están sometiendo Francia y España a los integrantes de la banda y a la “nula colaboración” de los Gobiernos de estos dos países para dar validez al desmantelamiento de ETA.
Currin afirmó eset jueves en San Sebastián que la tardanza en el desarme es atribuible a “problemas logísticos” y no al hecho de que el año que viene haya elecciones —municipales en mayo y generales en diciembre—. “Los retrasos son inevitables en una organización que está clasificada como terrorista, sobre todo en un contexto de seguridad de las fuerzas policiales de Francia y España y sin ninguna cooperación de los gobiernos de ambos países”, declaró antes de pronunciar una conferencia sobre el desarrollo del proceso del fin del terrorismo de ETA, organizada por la red Lokarri y el colectivo Bake Bidea.
En su intervención, ante unas 300 personas, Currin lamentó la “brecha” existente entre la propuesta de ETA para desmantelarse —“sellado verificado de los depósitos de armas”, dijo en su comunicado de julio— y la exigencia del Gobierno español de que entregue todo su arsenal. Puso un ejemplo gráfico: “¿Podéis imaginar a Kofi Annan [ex secretario general de Naciones Unidas] y a otros entrando de forma secreta en Francia y siendo después conducidos [por los terroristas] a algún sitio para sellar zulos sin la cooperación de los gobiernos? Eso no podría pasar. Se necesita la colaboración de España y Francia”.
El abogado, acompañado por los también integrantes del GIC Alberto Spektorowski y Raymond Kendall, admitió que el proceso no avanza desde el amago de desarme, en el que dos encapuchados entregaron en febrero de este año apenas cuatro armas de fuego y 16,5 kilos de material para fabricar explosivos a dos representantes de la Comisión Internacional de Verificación (CIV). No obstante, se mostró optimista con la evolución del “proceso de paz” porque en Euskadi no hay violencia desde hace cinco años.
Entre los “principales retos” para el futuro, Currin citó la reparación a las víctimas, el final definitivo de ETA y la situación de los presos. En la conferencia animó a las víctimas de la banda a “luchar contra el instinto de venganza”, pero en otro momento abogó por “encontrar una fórmula para que ambos lados del conflicto aparezcan como víctimas”.
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