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El jurado declara a una mujer culpable de asesinar a un anciano

La convicta pretendía hacerse con la propiedad del piso del hombre al que cuidaba

Un jurado popular de la Audiencia de Lleida ha declarado por unanimidad que Ángeles S., la mujer acusada de matar al anciano que cuidaba, es culpable de los delitos de asesinato con alevosía y profanación de cadáver. La fiscal solicita para la acusada 20 años y cinco meses de prisión, mientras que la defensa pide la pena mínima y su cumplimiento en un centro psiquiátrico.

El jurado, formado por cinco hombres y cuatro mujeres, considera, después de tres días de juicio y tres horas de deliberaciones, que la acusada, de 48 años, fue la única autora material de la muerte de José M., de 83, ocurrida en noviembre de 2012 en una vivienda de la calle de San Ruf de Lleida que ambos compartían desde hacía unos dos meses. El jurado ha considerado que la acusada no sufre ningún trastorno de personalidad ni tiene sus facultades mentales afectadas, sino que es consciente de sus actos.

El jurado ha sido contundente en todas las consideraciones en las que se ha basado para dictar el veredicto de culpabilidad. Ha encontrado probado que la acusada conoció a la víctima en Igualada y más tarde ambos se trasladaron a Lleida; que su intención era que le dejara en herencia la mitad de un piso y que, al no conseguirlo, le causó la muerte sin que el hombre, obeso y con graves problemas de movilidad, tuviera posibilidades de defensa. Después intentó deshacerse del cadáver descuartizándolo y prendiéndole fuego.

Los Mossos d’Esquadra descubrieron el cadáver de José M. el 21 de noviembre de 2012, amordazado, mutilado y en avanzado estado de descomposición. Fue después de que la acusada se personara en un Centro de Asistencia Primaria (CAP) próximo a su domicilio y explicara a los médicos que, al entrar en casa, había sido abordada por dos desconocidos de etnia gitana que le taparon la boca y la llevaron a una habitación en la que había una persona muerta en el suelo.

La mujer relató que estuvo secuestrada varios días, durante los cuales la torturaron y la amenazaron con matar a su madre y a su hijo si explicaba lo que había visto. Sin embargo, los investigadores no dieron ninguna credibilidad a esta versión y creen que la acusada convivió varios días con el cadáver. Varios testigos la vieron en la calle durante el tiempo que dijo haber estado retenida.

Las forenses que realizaron la autopsia declararon durante la vista que José M. murió de forma “muy violenta” y por asfixia. La víctima fue estrangulada con un pañuelo y presentaba cinco heridas incisas en la cabeza, hechas con un cuchillo. La acusada intentó deshacerse del cadáver, descuartizándolo y quemándolo. Algunas vísceras aparecieron en la bañera y otras no fueron localizadas.

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