La mayor terminal de química del puerto lleva tres semanas en huelga

Terminales Portuarias (Tepsa), la mayor empresa de carga y descarga de químicos del puerto de Barcelona, lleva más de tres semanas "paralizada" por la huelga que protagonizan desde el pasado 21 de septiembre sus operarios, según admite su director general, Luis Sala. La compañía, con sede en la capital catalana, despedirá a 39 de sus 183 empleados en toda España a través de un expediente de regulación de empleo (ERE). La terminal más perjudicada es la de Barcelona, que perderá a 21 personas, seguida de la de Tarragona, donde hay siete afectados.

La compañía también almacena y distribuye sustancias petroleras, cuyo tratamiento puede ser asumido por otras empresas del puerto. Sin embargo, CGT advierte que en el sector de los químicos, solo existe otra terminal que realiza este tipo de actividad en el puerto de Barcelona y que tiene una capacidad "mucho menor" a la de Tepsa.

Dos tercios de las cerca de 90 personas que conforman la plantilla de la capital catalana siguen el paro, según la empresa. A estos se suman los trabajadores de Bilbao, en huelga desde inicios de septiembre. CGT advierte que compañías como MEG Global, Cepsa, Totsa Total Oil, Dow o Exxon podrían "ver alterada su producción por falta de materia prima", ya que dependen del suministro de Tepsa. Fuentes de la química Ineos, por ejemplo, aseguran que sufre un “perjuicio bastante grande”, ya que tiene material almacenado en los tanques de Tepsa al que no puede dar salida debido a la huelga.

Los trabajadores de Barcelona protestan contra los despidos y una modificación "sustancial" de las condiciones que incumple el convenio colectivo, "forzando una renegociación del mismo", según ha asegurado CGT. El sindicato denuncia que la partida destinada a personal se ha mantenido en los últimos años pese a que la empresa redujo los salarios en 2012 un 5% y critica su "estructura", con "un directivo por cada 6,75 operarios; un mando intermedio por cada 3,11 y un técnico por cada 2,19". La agrupación dice que solo encuentra "la explicación en que el sacrificio aplicado a los trabajadores va a parar a los bolsillos de los directivos".

Sala afirma que la compañía, de 50 años de antigüedad y en la que la francesa Petrofrance participa al 100%, arrastra dos años de pérdidas. Los trabajadores, en cambio, aseguran que la cantidad de toneladas que han pasado por la empresa este año "ya ha superado a las de todo 2013". Sala defiende que los márgenes comerciales han sufrido una caída "importante" y que su actividad actual es menor a la que tenía antes de la crisis: "Se puede trabajar más y ganar menos".