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Una procesión a todo gas y con tensiones latentes

Marcha sin incidentes con protestas contra la corrupción, el cierre de RTVV y la AVL

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que encabezaron la procesión cívica del 9 d'Octubre.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que encabezaron la procesión cívica del 9 d'Octubre.Tania Castro

Miles de valencianos participaron ayer en la procesión cívica del 9 d'Octubre, que transcurrió sin incidentes reseñables, a todo gas y con increpaciones a las autoridades. La senyera descendió desde el balcón del Ayuntamiento de Valencia sin doblarse un ápice en medio de una parafernalia castrense. El concejal socialista Salvador Broseta la recogió a pie de calle y portó los 18 kilos de estandarte hasta la catedral, donde se ofició el tedeum y el nuevo arzobispo Antonio Cañizares animó a todos a preservar las tradiciones valencianas.

La marcha fue más rápida que otros años y llamó la atención el fuerte dispositivo policial desplegado —de uniforme y paisano— en previsión de posibles altercados. Al paso de la comitiva oficial, donde iban las primeras autoridades municipales y autonómicas, personas del público les increparon al grito de “Lladres, lladres” o “Alí babá y los 40 ladrones”. Una joven se dirigió incluso a algunos de los invitados con la pregunta: “Disculpe, ¿cuándo pasan los corruptos?”. También hubo aplausos, muchos.

Al paso de las autoridades municipales y autonómicas se han oído gritos de: "Lladres, lladres" o "Alí babá y los 40 ladrones"

La procesión contó con políticos de todas las instituciones de gobierno valencianas. Además de la alcaldesa Rita Barberá y del presidente Alberto Fabra —al que increparon los extrabajadores de RTVV por el cierre del canal—, se unieron el delegado del Gobierno, Serafín Castellano, y la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero, entre otros.

La coordinadora general del PP, Isabel Bonig, acudió ataviada de rojo alcaldesa —color que la regidora acostumbra a usar—. El portavoz de Compromís en las Cortes, Enric Morera, se acercó y estrechó manos entre el grupo de exempleados de Canal 9. Los ediles de EU Amadeu Sanchis y Rosa Albert acompañaron a la senyera pero no accedieron a la catedral, al igual que los concejales de Compromís. Al término de la procesión, disparada la mascletà, Barberá agradeció “el calor” de los miles de valencianos que acompañaron la senyera y llamó a la unidad “ante tentaciones políticas radicales”.

El grupo político Ciutadans se hizo notar entre el público con globos naranja y seguidores del Grup d’Acció Valencianista (GAV) —más numerosos que otros años— exigieron la derogación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) por la unidad lingüística de valenciano y catalán que recoge su diccionario normativo. “Fora la Acadèmia Valenciana de la Llengua catalana”, gritaban.

Grupos ultras y con símbolos nazis corearon “Heil, Hitler”

El concejal delegado de Seguridad Ciudadana de Valencia, Miquel Domínguez, subrayó a primera hora de la tarde que no había incidentes. Uno de los conatos tuvo lugar cuando la cabeza de la procesión abandonaba la plaza del Ayuntamiento en dirección a la catedral. A la cola, parapetados tras las vallas, quedaron enfrentados miembros de grupos ultras y de la coalición Compromís. Los primeros saltaron la valla y se encararon con los otros, descargando insultos. “Son residuos del franquismo, un demócrata es perfectamente capaz de hablar de todo esto con tranquilidad. Es evidente que ellos no lo son”, dijo un seguidor de Compromís.

La tensión no se disipó. A unos 20 metros de distancia se acercó un grupo de unas 40 personas. Cabezas rapadas, que mostraron símbolos nazis y que llegaron a corear “Heil Hitler!”, hacían el saludo fascista y ondeaban banderas preconstitucionales. A pocos metros marchaban simpatizantes de España 2000.

El diputado en el Congreso de IU por Valencia, Ricardo Sixto, condenó la aparición de símbolos fascistas, “representativos de la intolerancia, el racismo y la xenofobia”. Enric Morera, de Compromís, considero de “extrema gravedad” la presencia en la procesión cívica de “militantes de partidos fascistas que han hecho apología del nazismo, del terrorismo y han amenazado e increpado a los ciudadanos que pretendían participar libremente” en el acto. Anunció que lo denunciará en Bruselas.

Más información
Lea la crónica de la procesión de 2013 de EL PAÍS

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