La Diputación cuestiona la motivación de los sindicatos en la huelga
La desconfianza de las centrales con las concesionarias es clave en el conflicto
Línea Bilbao-Gernika. No circula. Bilbao-Erandio. No circula. A Cruces. Servicios cada dos horas. Los trabajadores de Bizkaibus comenzaron el lunes su primer día de huelga con una exigencia: reclamar un diálogo a la Diputación en el que se comprometa a respetar el acuerdo firmado hace un año, tras la anterior huelga. Pero la institución foral no parece dispuesta y ha dejado en manos de las adjudicatarias que sean las que negocien con los trabajadores. Así se lo comentó ayer en una reunión. Los sindicatos insinuaron que las concesionarias no respetarían las condiciones.
“Desconocemos la razón y motivación por las que se ha declarado el paro. No quieren debatir asuntos laborales, dado que no se han incumplido. No ha habido despidos”, recordaron fuentes forales. “Nos anunciaron la huelga por correo electrónico después de firmar la subrogación de los empleados”. La Diputación entiende que el terreno de negociación tiene que darse entre las cinco uniones empresariales que acaban de hacerse con la concesión y los trabajadores. “No nos compete. Desde que se cerró el acuerdo, la comisión se ha reunido siete veces y se han respetado los puntos”.
“Pasan la bola”, aseguró el portavoz de CC OO, Juan Carlos González, quien se mostró dispuesto a negociar, aunque objete que “el compromiso debe ser de Diputación”. Se apoyó en la plantilla de 1.500 trabajadores que secunda la huelga al 100% —salvo por los servicios mínimos del 30%— para demostrar que no hay otro interés.
Por la mañana, más de 300 trabajadores se unieron en una manifestación con bocinas y tambores frente a la sede foral. “Esto es un déjà vu”, apuntó González. Bizkaia responde que la huelga del año pasado, que terminó el 3 de octubre con el actual acuerdo, que solo LAB no firmó, tenía motivaciones muy distintas.
“Si el acuerdo es un fracaso, será porque no se han respetado las condiciones, que van más allá de despidos”, señaló el portavoz de CC OO. “Se habla de 300 puestos amortizados que no serán cubiertos y un incumplimiento de puntos como la creación de bolsas de eventuales o la puesta en marcha de estudios de nuevas líneas”, añadió.
El sindicalista desconfía de las empresas. Afirma que solo llegarán al acuerdo si firman un compromiso jurídico, revisado por la institución foral, en el que se verifique la vigencia del contrato. Si para el 27 de octubre, y después de ocho jornadas de paro, no hay acuerdo, la huelga se convertirá en indefinida.
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