‘Priscilla’, el gran musical del otoño
El espectáculo llega a Madrid con la misma producción con la que triunfó en Londres
Tres estrellas del transformismo, un gigantesco autobús robotizado y todo un desierto que cruzar. Además de 200 pelucas, 500 trajes, purpurina, plumas, lentejuelas y la que presume de ser la banda sonora más bailada de la historia. El pasado jueves se estrenó en el Nuevo Teatro Alcalá el espectáculo Priscilla, reina del desierto, un festival de color y éxitos de la música disco que pretende ser el gran musical de este otoño en Madrid.
La historia, que adapta la oscarizada película homónima de 1994 y protagonizan Mariano Peña, Jaime Zatarain y Christian Escuredo, narra el viaje de tres drag queens que emprenden ruta en un autobús al que bautizan como Priscilla, rumbo a un casino perdido en el desierto, donde darán un espectáculo. Cuarenta artistas participan en el musical, seleccionados entre 1.400 aspirantes. "La parte técnica es muy complicada, pero el mayor reto ha sido la parte humana, elegir y dirigir al elenco", asegura Marcos Cámara, uno de los productores.
Al comenzar la selección, ya tenían un nombre en mente, el de Mariano Peña, que interpreta a la transexual Bernadette, después de años en la televisión dando vida al homófobo Mauricio Colmenero en Aída. "Le queríamos a él porque sabíamos que iba a darle un toque más entrañable y cómico al personaje El equipo artístico australiano al principio era reacio a nuestra elección, pero luego se sorprendieron. Ahora aseguran que es la mejor Bernadette", explica Cámara.
La estrella es, sin embargo, el autobús con el que atraviesan el desierto. Un gigantesco robot que llena el escenario con sus 10 metros y seis toneladas, aunque para llevarlo hasta allí hubo que romper parte de la fachada del teatro y del acceso a la platea, así como retirar todas las butacas. Está equipado con tecnología militar para evitar ataques de hackers y para moverlo se necesitan 25 motores controlados por medio centenar de ordenadores.
Vídeo promocional del musical 'Priscilla'.
Con la etiqueta de "superproducción", el autobús de Priscilla hace parada en España tras haber pasado, por ejemplo, por Broadway o Sidney, donde se estrenó en 2006. A Madrid llega con una avalancha de cifras: una producción —la misma con la que se estrenó en Londres en 2009— que ha costado 10 millones de euros; 200 pelucas, 500 trajes, 150 pares de zapatos para los 220 cambios de vestuario que se hacen en cada función. En ocasiones apenas tienen 15 segundos para sustituir un traje por otro y algunos no se pueden usar durante más de 20 minutos por el peso de las plataformas.
Un esfuerzo que obliga a diseñar entre bambalinas una coreografía casi tan estudiada como la que se ve en escena para asegurarse de que cada personaje está en su lugar en todo momento. La banda sonora la ponen Madonna, Tina Turner o Gloria Gaynor. Un catálogo de 25 éxitos que interpretan en directo nueves músicos y 24 cantantes; tres de ellas, las divas, entonan los estribillos de It’s raining men o Girls just wanna have fun colgadas desde 18 metros de altura durante la mayor parte del musical.
En sus ocho años de vida, tres millones de espectadores han visto el espectáculo. Un "éxito" que Cámara atribuye a tres factores: "La banda sonora, el hecho de que se trata de una comedia y los valores de la historia, que traspasan fronteras y hablan de la necesidad de ser valiente si quieres ser tú mismo".
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