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Un festival para la juventud

El festival de cultura joven FESTeen, en Matadero, trata de fomentar el acceso de los jóvenes a la cultura y de romper tópicos sobre la juventud

Sergio C. Fanjul
Desde la izquierda, Daniel Valtueña, Aranee Líos, Luis A, Acosta y Pedro Irisarri.
Desde la izquierda, Daniel Valtueña, Aranee Líos, Luis A, Acosta y Pedro Irisarri. kike para

A la juventud, no se sabe si por envidia de los años heroicos o por puro desconocimiento, solemos ponerla verde: ni estudian ni trabajan, solo miran la tableta o el smartphone, son insolentes e indiferentes, y no saben nada de la vida. Pero la juventud, sobre todo la juventud actual, bien formada en el conocimiento compartido y el saber a discreción que propician las nuevas tecnologías, vale y vale mucho. El próximo fin de semana se demuestra en el festival de cultura adolescente FESTeen, en Matadero, un evento creado por jóvenes prodigiosos destinado a otros jóvenes igual de prodigiosos y a los adultos que se atrevan, sin prejuicios, a visitarlo.

Aunque sea un festival de cultura joven, lo cierto es que el programa resulta apetecible para gente de cero a 99 años. Y es que, como dijo el joven filósofo Ernesto Castro durante la presentación, “la juventud es un estado mental, como la clase media”. Una programación que trata de romper tópicos respecto a los gustos juveniles: además de ofrecer actividades que asociamos a la cultura joven o urbana, como las basadas en el skate, el dj o el grafiti, también ofrece talleres de impresión 3D, teatro o artes plásticas, mesas redondas sobre temas de interés (como el emprendimiento cultural, el deporte o la interpretación) o un ciclo audiovisual con la adolescencia como protagonista. Y, vayan con cuidado, un ataque zombi asolará también el centro cultural. Si las iniciativas enfocadas a niños modernos e inteligentes (y también a sus padres vanguardistas y cultos) crece en la ciudad con iniciativas como el festival Malakids, en Malasaña, los conciertos familiares de La Casa Encendida o de la tienda ¡Glück!, o las actividades de la escuela infantil Grey Elephant, Festeen tiene la singularidad de orientarse a la difícil y crucial fase de la adolescencia.

Música, grafitis o 'skate' con teatro, talleres de 3D o mesas redondas

Por eso, en su segunda edición (el año pasado participaron 7.000 menores), presenta una novedad: la programación ha sido realizada en colaboración con un grupo de 10 jóvenes de entre 15 y 24 años, el Teen Team, seleccionados entre los más talentosos por el área de Juventud del Ayuntamiento o procedentes de otras iniciativas. Así se ha formado naturalmente un grupo de diversas procedencias, razas y nacionalidades, que se ha roto la cabeza para tratar de captar la esencia de eso que llaman “cultura joven” y que acaba con ciertas ideas propias de lo que podría ser un trasunto del despotismo ilustrado: “todo para el joven, pero sin el joven”.

“La cultura adolescente no es solo el Disney Channel”, dice Violeta Lanza, de 19 años, miembro del comité joven, “y muchas veces se ve como de segunda categoría. Aquí tratamos de cambiar esa percepción y no buscamos solo crear un nuevo público del que la cultura pueda beneficiarse, sino que la cultura beneficie al público joven. Además, no será un festival de mera exhibición, como en centros culturales clásicos, sino también de participación. Vamos a aprender y vamos a pasarlo bien”.

“Se trata de generar nuevos hábitos de consumo cultural entre la juventud”, dice Carlota Álvarez Basso, directora de Matadero, “de forjar eso que los sociólogos llaman ‘identidad cultural’ que precisamente se configura en los años de adolescencia”. Según un estudio europeo citado por la directora: “las leyes europeas que abordan la cuestión del acceso de los jóvenes y adolescentes a la cultura son prácticamente inexistentes, ya que todavía no se considera uno de los temas prioritarios en materia de juventud o políticas culturales”.

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Aunque la creación de esta identidad cultural supone formar a los consumidores de cultura del futuro (uno de los problemas de acceso a la cultura de los jóvenes es la falta de recursos económicos, por eso el festival es gratuito), no se persigue solo el interés comercial: en el Matadero consideran el acceso a la cultura como una parte importante del desarrollo personal y del placer, y se busca su participación no solo como usuarios sino también como creadores.

Se trata de romper el manido tópico de la juventud hedonista e indolente: “En un espacio multicultural como este se pueden evitar los vicios, los prejuicios, los estereotipos que dicen que a los jóvenes solo nos interesa fumar, beber y la fiesta”, dice Luis Alfredo Acosta, otro joven miembro, de 24 años, del comité, “hay personas detrás que estudian o trabajan y que tienen intereses más amplios”.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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