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El veto europeo a un arte de pesca amenaza con arruinar a 1.000 familias

El sector de la sardina está ya parado por el cierre repentino de la pesquería La flota sostiene que su red no es dañina como las volantas

Pescadores de xouba y sardina en Rianxo muestran el xeito con el que pescan.
Pescadores de xouba y sardina en Rianxo muestran el xeito con el que pescan.OSCAR CORRAL

Las preciadas sardinas y xoubas gallegas han desaparecido de los mercados. Y no porque no haya en el mar. De golpe y porrazo, sin que nadie se lo esperase, España y Portugal decretaron hace diez días cerrar su pesca en aguas del Atlántico, desde el País Vasco hasta el Golfo de Cadiz, pasando por Fisterra. Oficialmente se agotó el tope anual de capturas asignado al Cantábrico y noroeste de la península, unas 20.900 toneladas. Nunca había ocurrido. Pero la sardina escasea de forma muy preocupante. Y la medida, adoptada dentro del plan de gestión que Madrid y Lisboa pactaron este agosto para intentar regenerar la especie, fue acogida con resignación por las flotas del cerco (153 barcos en Galicia).

Pero el cierre resulta un terrible mazazo y aboca a la ruina a un millar de familias de armadores y marineros de las 427 embarcaciones gallegas que se dedican exclusivamente a pescar sardina y xouba en aguas interiores, dentro de las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo, con un arte tradicional antiquísimo, el xeito. Una red de un sólo paño que, sujetada por un extremo al barco, se utiliza desde tiempos inmemorable para capturar a la deriva cerca de la costa sardina, jurel o bocarte.

En la Cofradía de Rianxo (A Coruña), donde la xouba es famosa por su exquisitez, cunde la desesperación. Son 116 los barcos del xeito que se han quedado de golpe sin trabajo, ni sustento, obligados a quedar amarrados a puerto. Sus armadores y marineros no salen de su asombro. Por si fuera poco, se enteraron que la Unión Europea se propone prohibir a partir del próximo 1 de enero las artes pesqueras de redes a la deriva. Otra medida pesquera pensada para proteger los recursos, suprimiendo las dañinas volantas y otras redes de arrastre se llevan de todo por delante, pero que pilla de refilón al xeito.

“Es un arte aparte, nos matan si la prohíben, nosotros no cogemos en nuestras redes tiburones, ballenas”, ni otras especies que Bruselas busca proteger al prohibir los aparejos de malla a la deriva, protesta Miguel Iglesias. Acaba de estrenarse, en las recientes elecciones, como patrón mayor de Rianxo, la segunda cofradía más grande de Galicia (740 socios) y reseña que ni los pescadores más veteranos, los que llevan medio siglo o casi en activo, recuerdan un cierre de la pesca por agotarse el cupo. Y menos que se pretenda acabar de un plumazo con un arte tradicional tan secular como el xeito.

El anterior patrón mayor que estuvo décadas al timón de esta cofradía nada dijo de lo que venía encima a sus socios. Ni informó de la circular que envío en mayo pasado la Federación Nacional de Cofradías, presidida por el ahora expatrón de Malpica Genaro Amigo, alertando de los propósitos de la Unión Europea y llamando a manifestarse para evitar que se viesen afectadas por la prohibición total de redes de deriva, pensada para la pesca industrial intensiva, artes tradicionales como el xeito o el racú, otro ancestral aparejo de malla que aún emplean una docena de chalanas que van a la sardina en la ría pontevedresa.

No son dañinas como los aparejos de deriva que emplean las flotas industriales del cerco, “son respetuosas” con otras especies, y sólo sirven para capturar sardina y xouba que se crían en las rías, “no fuera”, claman los marineros. Están dispuestos a batallar por ser excluidos de medidas, como el cierre repentino por agotarse el tope anual o la prohibición europea de artes de deriva, que no debería afectarles, insisten. “No entendemos como puede agotarse el cupo si los del cerco siempre se quejan de que no hay sardina en alta mar, en San Juan no cogieron nada”, comenta Iglesias. En la ría de Arousa, por el contrario, sí hay sardina y xouba, y “mucha”. Los del xeito pescan una media diaria de 50 kilos por barco.

Ante el revuelo montado por una medida que juzgan “injusta, disparatada y desproporcionado”, además de discriminatoria con un arte pesquero tradicional, la Consellería do Mar aceptó recibir hoy, miércoles, a una representación de las cofradías más afectadas, las de Rianxo, Cangas, Marín y Raxó. Los pescadores exigen de la Xunta que reabra la pesquería de sardina y xouba sólo en aguas interiores, de competencia autonómica. Y que el departamento que dirige Rosa Quintana encabece la oposición en Bruselas a excluir el xeito de las artes de deriva prohibidas. La aprobación de esa medida arruinaría a unas mil familias, aseguran los marineros gallegos.

La pelota está ahora en la consellería. Pero los pescadores advierten que adoptarán drásticas protestas de no conseguir derogar prohibiciones dramáticas para su supervivencia. “Si cerrase de la noche a la mañana, sin previo aviso, una fábrica de 500 empleados, bien que se movilizarían todos, pero por los marineros, nadie se mueve”, lamenta Miguel Iglesias. En Rianxo, grandes sábanas blancas con mensajes de apoyo cubren la fachada del Ayuntamiento. Y todos los cargos municipales y partidos políticos de toda Galicia son llamados a secundar las protestas y la batalla por la continuidad de una modalidad de pesca artesanal tan arraigada como apreciada es la sardina o xouba de las rías gallegas.

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