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FRANCISCO CAAMAÑO, líder del PSdeG en A Coruña

“Algunos en el PSOE solo quieren ganar al PSOE, no al PP y a Podemos”

“En algunas ciudades siguen los que gestionaron la derrota”

Xosé Hermida
Francisco Caamaño, exministro y líder del PSdeG coruñés.
Francisco Caamaño, exministro y líder del PSdeG coruñés.ÓSCAR CORRAL

“No me presento a estas primarias”, repite varias veces Francisco Caamaño (Cee, 1963) enfatizando el “estas” y tras dejar claro que quiere seguir en la política. El exministro de Justicia niega que haya convocado primarias provinciales en el PSdeG de A Coruña y renunciado a concurrir a ellas bajo presión de las direcciones gallega y federal. Es más, tiene palabras amables para José Ramón Gómez Besteiro y para Pedro Sánchez —“está haciendo un discurso valiente y sensato”— pese a que él apoyó a Eduardo Madina. Sus dardos van contra aquellos dentro del partido dedicados a las “guerras de poder”.

Pregunta.¿Por qué decide retirarse cuando le quedaban dos años de mandato?

Respuesta. Hubo una elección de delegados para el congreso federal y un sector en A Coruña que se autodenominan los críticos decidió hacer una contralista para intentar dividir la provincia. A mi me parece muy grave, porque estamos en vísperas de unas elecciones municipales y en ese proceso participaron personas vinculadas a la ejecutiva nacional. Pensando en el bien del partido, la ejecutiva provincial decidió en julio convocar primarias para intentar salvar esa división.

P. ¿No se va para evitar que Ferraz disuelva la dirección coruñesa?

R. Esos autodenominados críticos son muy activos en la vida orgánica, en las redes sociales y en algunos medios de comunicación, pero tienen muy poca representatividad. Han utilizado una estrategia de intoxicación, que, como no ha sido frenada ni por la ejecutiva nacional ni por nosotros, que hemos mantenido un prudente silencio, ha dado sus frutos. Pero ya anunciamos las primarias en julio y ese mismo día le comuniqué a la ejecutiva provincial mi decisión de no presentarme. De repente, en los medios se dice todas las semanas que se va a nombrar una gestora. Preguntamos a Ferraz reiteradamente si había una solicitud formal y nos dijeron que no. Luego en una ejecutiva gallega se trató el tema. Y se ha vuelto a distorsionar. De los 30 miembros, hubo cuatro que pidieron la gestora. El secretario general dejó claro que no había ningún acuerdo y que se iba a limitar a enviar un informe a Madrid. No tenía sentido establecer un gobierno no democrático como una gestora para elaborar las listas municipales. Y finalmente hemos llegado a un acuerdo satisfactorio para todos.

P. ¿No hay ninguna responsabilidad suya en que se le rebele una parte de la provincia?

R. La voluntad de ese sector, desde hace mucho tiempo, no es ganar al PP o a Podemos, es ganar al PSOE. Su visión de la política es estrictamente orgánica, sus batallas siempre son a ver cómo le pueden ganar al PSOE. Esto coincide con la falta de renovación de los cuadros en las ciudades de la provincia. Están gestionando el futuro los mismos que han gestionado la derrota. El PSOE necesita una renovación profunda y eso produce resistencias orgánicas.

P. Muchos dicen que su falta de experiencia orgánica lo ha quemado.

R. Es cierto que soy un profesional que fui llamado a la política. No he estado en las juventudes ni tengo el curriculum de los políticos al uso. El mundo orgánico tiene una lógica propia, pero precisamente la inexperiencia orgánica es la mejor manera de saber que esa vertiente tradicional del partido tiene que ser cambiada, que con esos mecanismos no vamos a ningún lugar. Por eso me alegro tanto de los procesos de ventilación como las primarias. Hay que librarse de esa idea de partido cerrado con intrigas palaciegas que recuerdan a Yo, Claudio.

P. Deja la dirección provincial, pero no la política.

R. Por supuesto. No me presento porque hay que unir el partido y soy consciente de que esto ha sido un shock. Que decidan los militantes y si hay alguien capaz de integrar mucho más que yo, debe ser así. Seguiré en el Parlamento de Galicia defendiendo un proyecto de izquierdas. Porque lo que me preocupa son los 2,7 millones de gallegos, que vivimos cada día peor.

P. Besteiro ha dicho que usted tendrá “un protagonismo no menor”.

R. Él sabe que yo siempre estaré dispuesto a colaborar con él, porque confié en él desde que se presentó a las primarias. Y quiero salir al paso de la interpretación de que hay primarias en A Coruña a cambio de que Caamaño no se presente. Mi secretario general, si algo es, es un demócrata, y nunca impediría a nadie que se presentase. Lo que tenemos es un acuerdo y vamos a poder a trabajar juntos.

P. Pero usted ha criticado con dureza a la dirección gallega. ¿No se siente defraudado con Besteiro?

R. No tanto con él como con algunos miembros de la ejecutiva que, no sé si consciente o inconscientemente, se situaron en un enredo orgánico que ha hecho daño a la imagen del PSdeG. Eso sí nos ha dolido. Pero es más cuestión del laberinto orgánico que de falta de confianza en el secretario general.

P. ¿Cómo valora el primer año de Besteiro?

R. Es mucho o poco tiempo, según cómo lo mires. El PSOE en general está viviendo un momento difícil, en un proceso de reconstrucción interna y debates entre quienes quieren mantener los viejos vicios orgánicos y quienes queremos ventilar el partido. Hay que reconstruir también nuestros discursos a la vista de lo que está ocurriendo con los movimientos a la izquierda, particularmente con el impulso de Podemos. Besteiro ha intentado reconstruir las bases internas. Ahora toca rearmar el discurso.

P. ¿Por qué sangran por la izquierda?

R. Esto que algunos llaman la casta... Hay decepción con los dos grandes partidos. El impacto de la crisis ha llevado a la convicción de que todos los políticos son iguales y que al final van a hacer lo mismo. Esto no es cierto, pero hay que saber combatirlo. Afecta en toda Europa a la socialdemocracia, la izquierda templada, que no ha sabido tener un discurso fuerte frente al capitalismo. Y ese acuerdo entre capitalismo y convivencia socialista ha hecho que el capitalismo nos engañe. Hay fórmulas para que una política progresista no quede deteriorada por las maniobras de los mercados. Hay que replantearse la titularidad de las energías, si hay que tener cierto control público, porque su absoluta privatización puede conllevar que muchas familias no puedan pagar la luz de un día para otro. Esto lo deberíamos poder corregir, pero hay que pensar sobre ello. Y pensar no creo que sea esa opción un tanto radical de quien no ha gobernado: “Esto es fácil, nacionalizo todo”.

P. ¿También ve a Podemos populista y bolivariano?

R. Esos calificativos no van conmigo. Creo que el estilo de democracia bolivariana no es una democracia. Porque la democracia no es solo el dominio de la mayoría, sino también un conjunto de valores que defienden la libertad de cada individuo. En esos sistemas opera la regla de la mayoría, son elegidos, pero no hay respeto a determinados valores individuales. Nosotros defendemos una democracia como la que hay en Europa. Podemos está lejos de este discurso y se aproxima a una democracia que tiende más a la regla de la mayoría. Eso me preocupa.

P. ¿Aún sigue pensando en la candidatura a la Xunta?

R. Lo que pienso es que Galicia necesita un PSdeG identificado con Galicia, con una visión propia. Sin necesidad de rupturas, sin ser el PSC, pero lo necesitamos. Es una convicción personal desde hace muchísimo tiempo. Seguiré trabajando siempre por hacer dentro del PSOE una política de izquierda adecuada a Galicia. Lo voy a seguir haciendo desde el Parlamento. En cuanto a contiendas orgánicas, el futuro dirá. Prefiero que la organización vaya digiriendo sus propios cambios, no estorbar y que otros marquen el ritmo.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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