Juzgan a un hombre acusado de matar a su mujer y a su cuñado
La fiscalía pide 30 años para Laso por dos delitos de homicidio
Un parricida convicto, Ramón Laso, de 59 años, será juzgado a partir de hoy en la Audiencia de Tarragona acusado de matar a su segunda mujer, Julia Lamas, portera de un céntrico edificio de la Rambla de la ciudad, y su cuñado, Maurici Font, celador del hospital Joan XXIII. Los cadáveres de ambos se encuentran desaparecidos desde el 27 de marzo de 2009, a pesar de que los Mossos d’Esquadra llegaron a buscarlos con un georadar en el huerto del presunto homicida en Riu Clar (Tarragonès).
Laso ya estuvo en prisión por otro doble crimen: en 1993 fue declarado culpable por simular el suicidio de su primera mujer dejando su cuerpo en la vía del tren y después provocó un accidente de coche en el que murió su hijo, para cobrar el dinero del seguro. Fue condenado a 57 años de prisión, aunque se benefició de varias rebajas de condena y en 1999 ya se encontraba en libertad condicional. Cuando salió de la cárcel el hombre, originario de Jaén, rehízo su vida con aparente normalidad. Tanto es así que en 2009 Laso convivía con su segunda pareja, Julia, desde hacía al menos tres años en un chalet en Els Pallaresos, una pequeña localidad de la zona.
En otra casa de la misma calle vivían la hermana de Julia, Mercedes Lamas, y su marido, Maurici Font. Laso ocultó su secreto y nunca les confesó su pasado criminal. De hecho, su entonces familia política se enteró de que había sido condenado por doble asesinato tras las siguientes dos muertes que presuntamente perpetró. En esta ocasión la Físcalía sostiene que el acusado inició en paralelo una aventura “que pudo durar dos o tres años” con su cuñada, Mercedes, y que este supuesto romance sería el que le habría empujado a matar a su mujer y a su cuñado.
La policía no ha podido hallar los cuerpos de los desaparecidos desde 2009
“Para poder continuar la relación sentimental que le unía a Mercedes” el parricida “decidió acabar con la vida de Julia y Maurici, ocultar sus cuerpos y simular que se habían ido juntos, al considerar que ambos dificultaban o impedían” la relación, dice la Fiscalía. Laso presuntamente urdió un plan, que ejecutó el 27 de marzo de 2009. Eran las ocho de la mañana cuando Maurici dejó a su mujer en el Hospital Joan XXIII, donde es enfermera. Cuando se despidió, le dijo que “iba a ir a trabajar al huerto” de Laso. Maurici llevaba cinco años sin acudir a su empleo debido a una “fuerte depresión”.
Solo unas horas más tarde, sobre las 13.00, Laso se encaminó hacia la Rambla de Tarragona y fue a esperar a Julia a la salida de su trabajo con una furgoneta de la fallecida. Una quiosquera les vio. A continuación, el presunto homicida habría conducido a su segunda mujer a un lugar indeterminado y la habría matado, según la Fiscalía. Laso “en un lugar y momento solo conocidos por él les causó la muerte a ambos y ocultó sus cuerpos con el propósito de imposibilitar su localización y procurar su inmunidad”, concluye la Fiscalía.
El fiscal acusa a Laso de simular la fuga de su mujer y su cuñado
Las primeras alarmas estallaron ese día, a las 15.30, cuando el parricida convicto acudió al hospital y contactó con Mercedes. “Ramón vino a verme al mediodía al hospital, sudoroso, sin gafas, y me dijo que cogiera las llaves de su coche porque mi marido ya no iba a volver nunca más”, contó Mercedes, a quien sorprendió la frialdad con la que actuaba su cuñado ante la hipotética fuga de sus respectivas parejas. Esa tarde, Laso acudió a la finca en la que trabajaba la desaparecida. Dijo que Julia no podía realizar su turno en la portería “por un problema familiar” y en su lugar se quedó él realizando las tareas, detalla la Fiscalía.
Dos días después, una vecina, funcionaria de prisiones, explicó a Mercedes el pasado criminal de Laso. Nunca nadie más tuvo noticias de Julia ni de Maurici. Esa misma tarde la Guardia Urbana de Tarragona localizó un vehículo de la primera junto a la estación de tren con las puertas abiertas y dos tarjetas de crédito en su interior. Laso se dedicó a partir de entonces, según la Fiscalía, a simular que ambos seguían vivos. Así, supuestamente llamó al Diari de Tarragona desde Morella (Castellón), se hizo pasar por su cuñado y dijo que los dejaran de buscar porque se habían fugado por voluntad propia. Laso fue detenido dos años más tarde, en marzo del 2011. Vivía en la casa de Julia junto a su tercera mujer, con quien regentaba el bar La Parada, en Riu Clar, y en este local tenía una especie de zulo. Según diversas fuentes, en aquella época tenía pensado trasladarse a Paraguay, país originario de su nueva esposa, a quien le habría hecho un seguro de vida.
El abogado de Mercedes, Pere Sutil, quien lo define como un “psicópata de manual” había presentado ya requerimientos para que lo arrestaran cuando se materializó el golpe policial. Los mossos hallaron en su casa dinero en efectivo y un pico y una pala con restos de sangre, pero no pudieron identificar el ADN, explicó Sutil, como tampoco han podido encontrar los restos de los desaparecidos. Cuando la juez lo envió a prisión provisional, Laso se arrodilló y exclamó ante las partes durante la vista: “¡Por vuestros hijos!”. Cinco años más tarde, será juzgado por un tribunal popular. La Fiscalía pide una pena de cárcel de 30 años por los dos delitos de homicidio. La acusación solicita elevar la condena al considerar las muertes asesinatos.
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