Las dudas del nacionalismo no evitan que Bilbao sea sede de la Eurocopa 2020

Bilbao cobijará cuatro partidos de la fase de grupos de la Eurocopa 2020. Una elección que refrenda sin reservas el proyecto empujado por el Ayuntamiento del PNV, que se enfrentó incluso a las críticas de algunos de sus compañeros de partido para apostar por "el impulso económico y la proyección internacional". El alcalde Ibon Areso gana así una batalla con el diputado general José Luis Bilbao, también nacionalista, que aseguró que preferiría que no se celebrara la Eurocopa si España jugaba como equipo local.

"No se dan las condiciones objetivas necesarias para una presencia normalizada de la selección de fútbol de España en San Mamés", advirtió el diputado a principios de año: "Habría que desplegar a toda la Ertzaintza y sacar las tanquetas a la calle". José Luis Bilbao esgrimió dos razones para oponerse: La defensa de la oficialidad de las selección vasca y la advertencia de que habría "serios problemas de seguridad" si la selección española jugaba como local.

Desde que se cerró el proyecto de renovación y ampliación de San Mamés, finalizado este año, el Consistorio ha tenido como uno de sus mayores eslóganes convertir a la ciudad en referente en cuanto a eventos deportivos. La Diputación de Bizkaia, propietaria también del campo y miembro del Consejo de San Mamés Barria (junto a Kutxabank y el Gobierno vasco), ha sido, sin embargo, muy crítica con la elección de la sede.

Pese a su rotunda respuesta inicial, las presiones llegadas incluso de su propio partido, empujaron a Bilbao a recular y pedir disculpas por su tajante negativa, prometiendo que finalmente votaría sí a la celebración. El lehendakari Iñigo Urkullu decidió respaldar los parabienes que puede traer la Eurocopa y obviar el asunto de la presencia de La Roja en La Catedral. La coalición abertzale EH-Bildu (segundo grupo municipal en Bilbao) es el único que se ha opuesto de pleno.

El fallecido alcalde Iñaki Azkuna, quien solicitó la Euro2020 "juegue quien juegue", se apoyó siempre en la proyección internacional y la repercusión económica para solicitar incondicionalmente la celebración de este tipo de eventos. Durante la primera semana de este mismo septiembre, la primera fase del MundoBasket 2014 atrajo a la capital vizcaína a 14.000 aficionados, que dejaron en Bizkaia 35 millones de euros, y estos días se disputa en la Ciudad del Guggenheim la Copa de Europa de Ajedrez y el Red Bull Cliff Diving de saltos de altura. Gracias a esta consecución de eventos, los hoteles han superado el 85% de su capacidad durante todo el mes.

La magnitud de estos torneos no es comparable a la de un evento futbolístico, pero han servido para probar algunos de los problemas que achacó la UEFA en su último informe de la ciudad: la ajustada capacidad hotelera y las limitaciones —sin vuelos nocturnos— del aeropuerto de Loiu y de Vitoria. "Para nosotros es un proyecto de país, porque con los requerimientos que piden la ciudad sola no los cumple", ha confirmado a EFE Jon Redondo, director de Deportes del Gobierno vasco, que ha hecho un llamamiento a la implicación las otras dos capitales vascas y al resto de provincias vecinas.

A pesar de estos datos, el alcalde Ibon Areso no parece dispuesto a aminorar el paso en su objetivo de atraer a Bilbao toda clase de evento, con los visos de "poner la ciudad en el mapa internacional".