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Guerra en los locales del metro

Un "error" en el Boletín Oficial de la Comunidad permite abrir nuevos establecimientos en la red subterránea

Comercios en la estación de Metro de Moncloa.
Comercios en la estación de Metro de Moncloa.Santi Burgos

La guerra comercial ha estallado en los túneles del metro de Madrid. Dos bandos: los establecimientos que llevan dos décadas abiertos al público en la red y los que no paran de aparecer desde 2012. Los viejos comerciantes de metro, acompañados por representantes del PSOE en la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid, denuncian las presuntas irregularidades cometidas por la empresa J.C. Decaux, que gestiona desde 2012 los nuevos locales. Aseguran que esta sociedad solo tiene licencia, según lo publicado en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (Bocam), para explotar puestos de promoción, “nunca locales comerciales como está haciendo”. Y lamentan el trato preferente que reciben los nuevos establecimientos, que ocupan, además, los sitios donde llevaban más de 20 años asentados algunos antiguos negocios que tuvieron que trasladarse “por cuestiones de seguridad”.

En 2005, los viejos comerciantes firmaron con Metro un convenio marco que establecía, entre otras cosas, que los negocios existentes hasta ese momento cambiarían de ubicación para cumplir con las normas de seguridad: no podían ocupar zonas de paso de los viajeros. Pero desde 2012, cuando se publicó en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid el concurso para gestionar nuevos stands, “han proliferado puestos dentro de los tornos”, según el presidente de la Asociación de Comerciantes del Metro de Madrid, Francisco Gil.

“Nos estamos encontrando con una competencia totalmente desleal”, garantiza. “No es lógico que a los stands no les exijan las mismas medidas de seguridad que nos piden a nosotros. No tienen ni extintores, por ejemplo”.

El presidente de la asociación, que representa a los 33 locales de la red de metro, asegura haber visto como los empleados de un nuevo puesto de café y bollería cogían “el agua de los servicios de Metro en jarras” porque “no tienen ni agua corriente” para hacer el café.

“Los comerciantes del metro son víctimas del nepotismo del Consorcio [de Transportes] porque se les expulsa de sus locales de forma irregular utilizando el falso argumento de la seguridad para instalar en esos espacios stands comerciales de sus amigos que, según el Bocam, no deberían existir”, asegura la portavoz de Comercio del grupo socialista en la Asamblea, Paz Martín.

Esta diputada diferencia claramente entre los puestos comerciales y promocionales. Estos últimos “solo pueden regalar productos o dar información, pero en ningún caso pueden vender”, explica enseñando el recibo de un café que acababa de comprar en uno de estos nuevos establecimientos.

Un portavoz de Metro afirma, por su parte,  que “en los pliegos de licitación para la explotación de los [nuevos] locales se especificaba claramente que la gestión se refería a stands promocionales y comerciales”. Y que el Bocam del 25 de septiembre de 2012 en el que se convocaba la “licitación para la contratación de prestación de los servicios de comercialización en exclusiva de publicidad estática y digital y stands promocionales” solo reflejaba “un resumen” del contrato. "Lo que cuenta son los pliegos, no el Bocam. No estamos gestionando locales comerciales como si fueran promocionales", concluye.

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