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‘Goitiberas’ para todos

Las comparsas de Bilbao recuperan el campeonato de vehículos de inercia 11 años después de su desaparición

Eneko Ruiz Jiménez
Uno de los participantes, este sábado, en la carrera de 'goitiberas' de Bilbao.
Uno de los participantes, este sábado, en la carrera de 'goitiberas' de Bilbao.Alfredo Aldai (EFE)

Maider Lázaro cogió este sábado su goitiberarosa y rodó por la cuesta de Zumalacárregui, siguiendo una tradición que se remonta al menos hasta 1914. Era una de las participantes del I Open Aste Nagusia. Tiene cuatro años y nunca había visto una carrera de vehículos de inercia. La última se celebró en Bilbao hace 11 años, antes de que el Ayuntamiento decidiera clausurar por seguridad la empinada bajada de la plaza del Gas.

Las comparsas se han encargado de recuperar las goitiberas, pero las condiciones ahora son distintas: más seguridad, una bajada de 650 metros mucho más liviana y se admiten todo tipo de autos de inercia, desde triciclos a monopatines.

Maider, que tenía un seguro del día por si acaso había accidentes, era una más entre los casi 80 participantes. Su goitibera (de arriba a abajo, en euskera) era una de las pocas hecha de cuatro palos y cuatro ruedas como antiguamente, aunque tenía su toque femenino.

Algunas de las otras carrilanas —como se llaman en el resto de España— de la categoría neumática pesada eran verdaderos bólidos, más similares a un quad que a las clásicas. Denis Leturia, de 14 años, es todo un experto en el montaje. Tuvo que desarmar una, deshacerse del motor y de las piezas pesadas, y rehacerla desde cero. “Lo que más le gusta es hacer chapucillas”, bromeaba su padre.

Leturia está en la Federación vasca de deportes de inercia y este año ha participado en más de diez bajadas por municipios como Sodupe, Gernika y Bergara, en cuestas mucho más arriesgadas. La semana pasada estuvo en San Sebastián, cuyas fiestas también recuperaron la competición.

Casi 80 personas bajaron por la cuesta de 650 metros

Allí coincidió con el madrileño Calixto García, siete veces campeón de España que lleva 20 años apasionado por la inercia. Ahora casado y con hijos, ha abandonado la competición pero mantiene su pasión en Zona Gravedad, donde enseña a niños a manejar goitiberas que construyen ellos mismos.

“Nunca se han perdido. Seguían en los pueblos”, subrayaba García, que ve la vuelta a la ciudad como una oportunidad para dar visibilidad al deporte: “De momento es un circuito ligero para probar la seguridad y la demanda, pero si tenemos éxito habrá que ir ampliándolo”.

“Se está profesionalizando. Antes era más de broma”, reconocía el que es campeón del mundo de Gravity Bike. Todos llevaban peto, casco y rodilleras. Una ambulancia les esperaba abajo. Irene Zeritagoia, directora de carrera, cree que es un deporte que va a más. La liga vasca tiene este año 12 carreras, pero se plantean ampliarla a 15. Con 40 euros al año y un buen impulso, cualquier amante de la velocidad puede federarse.

Lenta pero segura, Maider hizo las dos curvas del recorrido con elegancia y hasta saludando, entre aplausos de los curiosos que se acercaron a Bilbao. Ya es una más en el mundo de las goitiberas, aunque, de momento, seguirá disfrutando con la bajada desde su casa al Casco Viejo, por la cuesta de Miribilla.

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Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Se ha pasado años capeando fuegos en el equipo de redes sociales de EL PAÍS y ahora se dedica a hablar de cine, series, cómics y lo que se le ponga por medio desde la sección de Cultura. No sabe montar en bicicleta.

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