Los continuos vertidos industriales al río quedan impunes en Ourense
El Barbaña, que cruza la ciudad, vuelve a sufrir la mortandad masiva de peces
El río Barbaña atraviesa la capital ourensana asfixiado por un constante reguero de vertidos industriales que aniquilan periódicamente su flora y fauna. La semana pasada los cadáveres de cientos de peces, en su mayoría alevines de boga, flotaban hinchados sobre sus aguas coloreadas en el corazón de la ciudad. Aunque todo indica que los incesantes vertidos proceden de la depuradora del Ayuntamiento limítrofe de San Cibrao das Viñas —el río solo aparece contaminado aguas abajo—, en Ourense se incumple el principio jurídico básico medioambiental y el que contamina no paga. Al menos de momento.
El vertido que aniquiló a las bogas del Barbaña la semana pasada sucede a la estrepitosa mortandad de 17.000 peces provocada en junio de 2009. En aquella ocasión, la contaminación provocó la muerte del río, y una plataforma vecinal constituida para la ocasión, Ríos Limpos, se apresuró a acudir a la fiscalía. Al ver que se consumía el tiempo sin que esta actuara, acabó presentando querella en un juzgado ourensano. Los cinco años de investigación judicial no se han cerrado. En 2013 el juez emitió un auto de sobreseimiento, aunque, ante el recurso presentado por la plataforma, reabrió la investigación. Pero aún no hay responsabilidad penal. No ha pasado nada.
Ríos Limpos anuncia que acudirá de nuevo al juzgado con otra querella —por la muerte de los alevines de bogas de la semana pasada— para incorporar a la de 2009. “Hemos presentado muchas más por los constantes vertidos, pero solo se admiten en el caso de afección grave de la flora o la fauna y este es el caso”, sostienen los representantes del colectivo vecinal, sorprendidos de que ni prosperen las investigaciones judiciales ni las de las instituciones públicas para determinar responsabilidades en el imparable asedio al Barbaña.
La plataforma vecinal y las asociaciones ecologistas alertan de que la Estación Depuradora de Aguas Residuales urbanas (EDAR) de San Cibrao no tiene capacidad para tratar los residuos industriales procedentes de las empresas ubicadas no solo en el polígono del mismo municipio sino también en los de Barreiros y Pereiro de Aguiar así como en el Parque Tecnolóxico de Galicia. Todos vierten ahí. Continúan haciéndolo pese a que el Ministerio de Medio Ambiente publicó en 2011 el pliego de condiciones técnicas de las obras de mejora de la EDAR. El proyecto, no iniciado, incluía la mejora de los colectores de los polígonos industriales que derivan a esa incapacitada estación depuradora sus residuos. El ministerio se proponía hace casi cuatro años como objetivo “alcanzar el buen estado ecológico y químico” del Barbaña en 2027. La actuación se financiaba con cargo a los fondos del Feder del periodo 2007 a 2013.
Pero ni la investigación judicial ni el anuncio del ministerio han cambiado la situación. “Hay una manifiesta dejadez de todas las instituciones, así que las empresas vierten sin control del Ayuntamiento de San Cibrao, que desconoce qué materiales utilizan”, sostiene Ríos Limpos. En el mismo sentido se expresa el presidente de Amigos da Terra, Xosé Santos. Asegura que las administraciones “están incumpliendo” el Decreto Marco del Agua de la UE. “Es evidente que hay dejadez por parte de las instituciones porque la contaminación del Barbaña es recurrente y es industrial, pero nadie actúa”. Santos advierte de que, pese al anuncio realizado el pasado marzo por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil de la adjudicación de la mejora de la EDAR de San Cibrao por 2,1 millones, “no hay aún ni un euro de presupuesto”. La Diputación Provincial ha destinado 800.000 euros para instalar estaciones de control continuo de vertidos —una en Pereiro, dos en San Cibrao y otra en Barreiros— “y sin embargo no alertó de los de la semana pasada”, denuncia Amigos da Terra. “Si tiene los datos, la Diputación está obligada a presentar denuncia ante el Ministerio Fiscal”, apostilla Santos.
Mientras las obras de la depuradora no se ejecutan, y con la espuma y el hedor fijando aún la imagen de los peces a flote en el río, el organismo de cuenca, representantes de Medio Ambiente de la Xunta y de la Diputación, el alcalde de San Cibrao y la empresa Espina y Delfín, que gestiona la depuradora de ese municipio, han apostado por “solucionar” el problema “vigilando”. Reconocen que la situación del Barbaña es preocupante, pero sostienen que hasta que no se realicen las obras no pueden hacer nada más que “visitar la zona con asiduidad” preventivamente. Una zona en la que, según el organismo de cuenca, se han registrado este verano vertidos prácticamente cada semana, “aunque no todos contaminantes”.
Multas que no se pagan y dejadez municipal
“Resulta evidente y demostrable” que la contaminación que provocó la muerte del Barbaña en 2009 tuvo su origen en la depuradora de San Cibrao. Así comienza su informe judicial un perito pagado por la Xunta a petición de la plataforma Ríos Limpos, que presentó la querella por aquel desastre ambiental. Basándose en las analíticas del agua realizadas por la Confederación Hidrográfica, el técnico precisa ante el juez que el río presentaba días después del vertido niveles muy bajos de ph y elevados de distintos metales y hace hincapié en los “valores varias veces superiores a los permitidos en metales pesados altamente tóxicos como el cobre (120 superior) o el zinc (200 veces superior)”.
El perito confirma la investigación del Seprona en la que se apuntaba como responsable último del vertido contaminante a una empresa de algunos de los polígonos industriales que aún siguen vertiendo a la misma depuradora de San Cibrao. Aunque no se identificó la fábrica, el técnico acotó el campo a siete al asegurar que el vertido tenía que corresponder “a algún proceso industrial de cromado, zincado o lacado”. Junto a ello, consideró responsables al Ayuntamiento de San Cibrao y a la concesionaria de la depuradora, “que tenían que haber detectado el vertido y desviado el tanque”.
La EDAR, insiste el técnico, “tuvo que tener conocimiento de que recibía una sustancia altamente contaminante” ya que “tendría que haber dañado considerablemente” el proceso de depurado biológico. Además documenta que la Confederación Hidrográfica había requerido ya en varias ocasiones a la concesionaria de la depuradora para que instalara un sistema que le permitiera reaccionar en episodios de contaminación. La empresa no lo hizo. Como tampoco avisó —lo hicieron los ciudadanos— de que se había producido un vertido altamente contaminante “con riesgo para la salud de las personas o para el equilibrio natural”. Según el perito, la empresa continuó vertiendo.
El informe pericial responsabiliza también al Ayuntamiento por concederle a la concesionaria licencias de actividad industrial y de vertido “sin acreditar el desarrollo de esas funciones” y por autorizar a distintas empresas de los polígonos industriales que utilizan materiales pesados, alguna sin licencia municipal, a verter en su depuradora. El informe pericial es de julio de 2012. San Cibrao mantiene la misma depuradora. La multa al Ayuntamiento fue suspendida al abrirse diligencias judiciales. Los vertidos no cesan.
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