La alcaldía de Aranjuez no impide la ruina del edificio histórico Hospital San Carlos
Tras tres siglos de esplendor, la residencia está abandonada y en peligro de derrumbe
El Hospital San Carlos, en pleno centro de Aranjuez y con tres siglos a sus espaldas, lleva cerrado desde 2003 y se va degradando hacia un estado ruinoso ante la inacción de los sucesivos regidores municipales. Este edificio neoclásico de dos plantas con imponentes fachadas de ladrillo surcadas por grandes ventanales y dos patios flanqueados por corredores, considerado desde la propia Dirección de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid como “una construcción de indudable interés monumental”, lleva una década sin recibir una obra de consolidación que impida su derrumbe.
Desde la alcaldía presidida por María José Martínez de la Fuente (PP) admiten que el proyecto está “parado” porque no hay presupuesto y tienen “otras prioridades”. Mientras tanto, el edificio se mantiene en pie en una zona transitada y con serios riesgos de desmoronamiento de algunas de sus partes, según certifican arquitectos municipales.
Desde 1990, el Hospital San Carlos es propiedad del Ayuntamiento (antes pertenecía a Patrimonio Nacional) y durante estos años no han faltado proyectos para reconvertir este espacio, pero las autoridades municipales de Aranjuez se han mostrado incapaces hasta el momento. A finales del siglo pasado se planteó convertirlo en un Parador, lo que se desestimó ante la presión de los hosteleros de la zona, que veían peligrar sus negocios. En el año 2000, el entonces regidor José María Cepeda (PP) propuso convertir el San Carlos en un hotel de lujo, e incluso el expresidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, acudió a Aranjuez a hacerse la foto oficial colocando la primera piedra. El proyecto quedó en eso, una mera instantánea.
La última iniciativa para rehabilitar y dar uso al emblemático edificio corrió a cargo del grupo socialista durante el último periodo en que gobernó el consistorio: hace cinco años presentó un plan para convertir el Hospital San Carlos en un centro de artes plásticas con un presupuesto de 2,6 millones de euros, de los que el 75% se solicitó a la subvención estatal que concede el Ministerio de Fomento al patrimonio histórico y el 25% restante correría a cargo de las arcas municipales. A un año de las elecciones, el grupo opositor del Partido Popular solicitó a la Comunidad de Madrid la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del hospital, al tiempo que Fomento rechazaba su aportación al proyecto.
La alcaldía cifra la rehabilitación en torno a los seis millones de euros
En 2011 los populares recuperaron el Ayuntamiento de Aranjuez con la alcaldesa María José Martínez de la Fuente al frente, y el proyecto de convertir el Hospital San Carlos en centro de artes plásticas quedó totalmente descartado. Para el grupo socialista, fue una maniobra para dinamitar su iniciativa. “Sabían que si declaraban el edificio como BIC habría que congelar el proyecto”, dice David Estrada, concejal del PSOE. Lo cierto es que cualquier obra sobre un edificio en fase de expediente de declaración de Bien de Interés Cultural debe paralizarse y, en caso de que se le conceda ese estatus, es necesario pedir los permisos necesarios a la autoridad competente. Pero según confirman en esta viceconsejería, la solicitud para calificar al Hospital San Carlos sigue en ese nivel: el de solicitud. Ni siquiera han iniciado la incoación. “Son muchas las peticiones y esto va lento, lo que no impide que consideremos que ese edificio tiene un gran valor histórico”, declaran desde Patrimonio.
El PP, que ahora gobierna el consistorio, es coherente con su solicitud al paralizar cualquier proyecto de rehabilitación anterior hasta recibir una respuesta; siempre y cuando el edificio no revista un riesgo para la ciudadanía. Pero el que una vez fuera un lugar de sanación, está a punto de convertirse en un serio peligro para la integridad de quienes pasean bajo sus desvencijadas cornisas y tejas: solo uno de sus laterales está protegido por una alambrada perfectamente franqueable, el resto linda directamente con las aceras.
Y es en este punto donde cobra especial relevancia el proyecto de la anterior alcaldía socialista desestimado ahora por la regidora del PP: según el informe de los técnicos del Ayuntamiento, era urgente una consolidación previa de la estructura, entre otros motivos, por “la ruina puntual de diversos elementos constructivos y la desaparición de revestimientos y falsos techos en numerosos lugares”. Tres años después, el edificio no se ha tocado y los ribereños siguen paseando junto a sus fachadas.
El propio Ayuntamiento admite ahora la peligrosidad del estado del edificio cuando ha prohibido expresamente acceder a su interior, lo que no impide que algunas bandas locales se cuelen en la antigua morgue y la usen como local de ensayo, o que se organicen “sesiones de espiritismo, porque se ha generado un halo de misterio en torno a este hospital abandonado”, según Estrada. Algunos incluso han colgado sus vídeos en Youtube a la caza de psicofonías y emociones fuertes, en pisos que apenas se mantienen en pie o se inclinan sobre los pasillos inferiores dando una imagen de absoluto abandono. En el doble patio interior, donde antes había un pulcro jardín, hoy se levantan arbustos y ramajes a unos cuantos metros de altura por encima de la herrumbrosa verja trasera.
La alcaldía ha cifrado una obra actual de rehabilitación en torno a los seis millones de euros, “de los que el Ayuntamiento no dispone por las deudas recibidas del anterior Gobierno municipal”. Con todo, siguen buscando fórmulas para darle un “uso productivo al edificio”, que revierta positivamente en la economía de Aranjuez. Mientras se lo piensan, una vez más, el Hospital San Carlos se sigue marchitando.
Un recinto con mucha historia
El Hospital San Carlos tuvo unos inicios muy regios. El rey Carlos III lo inauguró en 1776 para atender a sus empleados y criados y, por extensión, a los ciudadanos del Real Sitio de Aranjuez. El suntuoso edificio cuadrangular de estilo neoclásico y con macizas fachadas de ladrillo, obra del arquitecto Manuel Serrano, estaba presidido por un amplio patio interior y una sala grande de cirugía a la que se accedía desde fuera por un portalón de piedra blanca que dominaba la fachada principal, en forma de arco de medio punto coronado por una cruz y dos jarrones.
En 1864 recibió su segunda restauración por encargo de la reina Isabel II, después de que Carlos IV hubiera ordenado su ampliación y el añadido de nuevas salas. Las posteriores reformas se sucedieron en 1885, 1950 y 1960.
Durante el siglo pasado y el actual ha tenido numerosas y varias utilizaciones. Ha sido cárcel militar, ha alojado diferentes dependencias consistoriales, la Universidad Popular y, en sus primeros años de decadencia, el estudio de la radio local Onda Aranjuez. En 2002 se encerraron tras sus muros concejales del PSOE e IU como protesta contra la poca objetividad de dicha emisora en un periodo en que gobernaba el PP.
Desde 2003 permanece cerrado y los diferentes gobiernos municipales no acaban de dar con un destino cierto para el edificio, mientras se deteriora cada día que pasa. Un simple vistazo desde el exterior lo corrobora.
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