Los toros de fuego superan los 30
30 ‘zezensuzkos’ desfilarán el sábado por el centro de San Sebastián para celebrar un aniversario con el mismo número de años iluminando la noche
Los toros de fuego se han convertido en un emblema de San Sebastián en las fiestas de Semana Grande. Desde 1984, en noches como las de ayer, gran parte de los donostiarras presencian los fuegos artificiales propulsados desde la playa de La Concha y se dirigen inmediatamente después al recorrido que conecta el Hotel Londres con la calle del Boulevard para ver el encierro de los seis toros artificiales que transitan por el centro de la ciudad. Este año el grupo Donostiako Zezensuzko Taldea, encargada de organizar todos los años el espectáculo, celebra las bodas de perla, o dicho de otra manera, aplaude que durante 30 años niños, padres y abuelos hayan estado congregándose fielmente en torno al recorrido Easo-Avenida de la Libertad- Miramar-Hernani-Boulevard. Ayer los espectadores pudieron comprobar que, a causa de esta efeméride, durante esta semana la pirotecnia de los toros de fuego no desprenderá chispas de color anaranjado como lo ha hecho tradicionalmente, en esta ocasión el azul y blanco hará honor a los colores donostiarras por antonomasia.
Sin embargo, el acontecimiento del aniversario se celebrará el próximo sábado, día del cierre de la Semana Grande, cuando una vez terminado el espectáculo piromusical de los fuegos valencianos, —media hora después— 30 toros de fuego, uno por cada año de celebración, cruzarán de manera coordinada el camino habitual del encierro para convertirse en el colofón de las fiestas. Los toros saldrán en turnos de seis, y como sucede anualmente, harán un recorrido de ida y vuelta con un intermedio para tomar un respiro. “Nos gustó mucho la idea del departamento de Cultura del Ayuntamiento, cuando nos la presentaron, y accedimos a llevarla a cabo”, dice Jon Erauskin, director y miembro veterano de Zezensuzko Taldea. Erauskin lleva más de 20 años en la compañía organizadora, donde ejerce de responsable del espectáculo. “En estos últimos años hemos notado grandes diferencias en el diseño de los toros; ahora son más pesados y más difíciles de controlar”, explica. El zezensuzko está diseñado con un armazón metálico, ahora de fibra de vidrio, y tiene la silueta de un toro al que los monosabios —los pastores— les acompañan hasta el final del recorrido al más puro estilo San Fermín. La función de estos últimos es evitar que los quiebros de las personas que saltan la valla no tengan un final gris. En este sentido, Erauskin afirmó que la veteranía de los portadores de la máquina es un factor importante para ahorrarse disgustos.
Nos gustó mucho la idea del departamento de Cultura del Ayuntamiento"
El responsable asegura que los 30 toros “estarán en buenas manos”. El número de participantes y espectadores pueden llegar a las 20.000 personas diarias, un total de 140.000 asistentes al término de la semana. Las medidas de seguridad son fundamentales. Sin embargo, Erauskin cree que los participantes no se rigen por reglas “tan estrictas” como en un encierro auténtico. “Siempre digo que a pesar de que los corredores tienen la vista limitada, con ver la luz que desprenden los toros y apartarte un poco ya es suficiente para que no suceda nada, ya que los chispazos alcanzan el metro y medio aproximadamente”. Por otro lado, también para celebrar el 30 aniversario, ese mismo día se organizará una exposición en la Plaza Gipuzkoa de 30 ejemplares de toros de fuego con diversas procedencias de la comarca, "cada una con su historia". La muestra pretende mostrar que, a pesar de que "cambia mucho el diseño de unos y otros toros", la festividad de los zezensuzkos es parte intrínseca de la Semana Grande.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.