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Suntuosos collares de 7.200 años

Unas excavaciones descubren un inusual ‘taller de joyería’ neolítica en el yacimiento de La Draga en Banyoles

Algunas de las piezas de joyería neolíticas halladas en La Draga.
Algunas de las piezas de joyería neolíticas halladas en La Draga.

¿Ricos y pobres en el primer Neolítico? Quizá no, pero que existían grupos que poseían elementos de distinción y de notable valor ideológico, sin duda. Así lo permite deducir el descubrimiento de numerosos abalorios en el yacimiento de La Draga (Banyoles), uno de los más antiguos del Neolítico peninsular y lo que es más importante: un verdadero taller de joyería de la época”.

“Por primera vez, en toda la península se puede ver un proceso de fabricación completo de abalorios de la época y en muy buena conservación”, afirma Antoni Palomo, codirector del yacimiento de la Draga e investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona, que participan en los trabajos de campo.

Así, el descubrimiento deja ver numerosos collares, anillos, brazaletes de mármol y hueso y otros adornos ya terminados y otros en pleno proceso de fabricación. Los abalorios encontrados tienen también distintas formas: redondeadas, triangulares y hasta romboidales... Muchos de los colgantes llevaban piezas de conchas y caracolas de mar, algo que los investigadores justifican porque el mar se encuentra a solo unos 35 kilómetros del yacimiento.

Entre las piezas han aparecido las herramientas, como ‘taladros’ de sílex

El hallazgo ha deparado también otra sorpresa notable: las herramientas con las que se fabricaban las piezas, entre ellas una especie de taladros de sílex y otros utensilios que servían para perforar esas pequeñas piezas.

“Con este descubrimiento ya sabemos que los objetos de adorno son elementos de distinción entre la comunidad, que los sujetos que los llevaban tenían un determinado valor social”, apunta Palomo. En cualquier caso, el hallazgo parecería apuntar que el poblado neolítico de la Draga era un importante punto de fabricación de joyas de la época.

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El hallazgo del taller de joyería es inusual en el contexto del Neolítico peninsular, lo que sitúa el yacimiento de la Draga una vez más como referente para el estudio de los primeros agricultores del Mediterráneo occidental. Pero, además, el estado de conservación de los hallazgos es de una calidad inusual en Europa. Ello es debido a que la excavación se encuentra a pocos metros del lago de Banyoles y por tanto ha sido conservada bajo el agua. Al no tocar el aire la conservación de la madera y de la materia orgánica su estado, en general, es excelente. Lo demuestran los ya 1.400 pilares de madera que se utilizaban para construir las cabañas y que se han podido recuperar en perfecto estado. Estas columnas de las casas son prácticamente únicas en la Prehistoria de la Península Ibérica. Del mismo yacimiento han salido los tres arcos más antiguos y mejor conservados de Europa.

Mañana finalizarán los trabajos de excavación arqueológica realizados esta temporada en la Draga, cerrando así una campaña de dos meses. Los trabajos de campo se reanudarán en junio del próximo año. En este sector se ha podido excavar una superficie de 84 metros cuadrados, que corresponde a un área del poblado donde los habitantes de la Draga adecuaron espacios para realizar diversas actividades relacionadas con la vida cotidiana. Entre los restos documentados estos últimos días se han detectado varias fosas que fueron utilizadas como vertederos. Estos desechos corresponden a las comidas y residuos de las diferentes actividades realizadas en el asentamiento y que aportarán más y curiosa información. En Draga, arqueológicamente, se aprovecha todo.

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