Gràcia impondrá el sentido único en las calles más concurridas de su fiesta mayor

Gràcia volverá a ser, a partir del próximo 15 de agosto, el epicentro de las actividades veraniegas en Barcelona. Como el éxito está prácticamente garantizado por el peso de la tradición y la caída de la oferta en el resto de la ciudad, propia del periodo estival, la Fundación Festa Major y el Ayuntamiento han desarrollado un operativo de movilidad especial para evitar los embotellamientos en las seis calles más concurridas. Este año habrá 18 calles engalanadas, una más que el año anterior.

Esta es la principal novedad que ayer presentaron la regidora del distrito, Maite Fandos (CiU), y la nueva presidenta de la organización, Carla Carbonell. Calles como Mozart, Verdi, Fraternitat, Tordera, Llibertat y Progrés tendrán un sentido obligado para los peatones y estarán custodiadas especialmente para velar por la movilidad, aunque en todas las que se decoren habrá una ruta sugerida. La idea es evitar atascos, reforzar la seguridad y mejorar el disfrute de los viandantes.

El mapa con los sentidos de circulación peatonal de las calles está disponible en Internet, una app y en los programas de mano. Este año, Fraternitat de Dalt ha decidido tomarse un “año sabático” de la decoración, mientras que Providència (entre Alzina y Massens) y Travessia de Sant Antoni (entre Astúries y Placeta Anna Frank) se incorporan a al lista. Esta debuta en el concurso.

Carbonell explicó también que el alumbrado de los decorados será designado mobiliario urbano mediante decreto, lo que les confiere más seguridad. Ahora, por ejemplo, un vecino podía poner objeciones a que un cable o una caja pasara por su balcón, lo cual podía implicar problemas en las decoraciones. Aunque es complicado, la organización espera hacer algo similar con los decorados en un futuro, aunque aceptan que es complicado. Por esto han vuelto a hacer un llamamiento a los visitantes para que cuiden las creaciones de los vecinos. Este año se editarán guías en inglés.

El pregonero de este año será Ricard Estruch, quien fuera presidente de la Fundación desde 2006. La lectura del bando se hará el día 14 en la plaza de la Vila. Fandos y Carbonell han calculado que la fiesta costará unos 700.000 euros, sin contar los servicios de limpieza. Tanto el Departamento de Bienestar como el de Cultura han destinado 78.000 y 34.000 euros de subvenciones, respectivamente.