Hallados los restos de 72 soldados de Franco al buscar a dos represaliados
El Grupo de la Memoria Histórica no halla los cadáveres de los republicanos
Los trabajos de exhumación para dar con los cuerpos de José Valls y Luis Messeguer, dos vecinos de Borriol detenidos y fusilados después de que las tropas franquistas entraran en el pueblo, no han dado el fruto deseado a pesar de que el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica (GPRMH) de la Comunidad Valenciana estaba convencido de que darían con ellos. La excavación que arrancó en septiembre del pasado año ha dado con 17 cuerpos. Ninguno de ellos corresponde a las dos víctimas de la Guerra Civil, ni son represaliados del franquismo. Por el contrario, el grupo ha dado con dos hallazgos.
El camposanto de Borriol esconde los restos de otros ocho vecinos que murieron en el bombardeo del 11 de junio de 1938 (un día antes de la entrada de las tropas nacionales) y de los que nadie sabía. Pero también, que entre las fosas cavadas en aquella época yacen los restos de hasta 72 soldados franquistas que fueron enterrados entre el 5 y el 17 de septiembre de ese mismo año. Valls y Messeguer fueron fusilados el día 2. El grupo sostiene que todos ellos están enterrados en algún punto del cementerio de Borriol, pero que las constantes ampliaciones, obras y movimientos de tierra puede hacer casi imposible dar con ellos.
Las ampliaciones del cementerio de Borriol provocaron un osario común
Miguel Mesquida, el arqueólogo director de los trabajos, explicó que tras conocer esta información hablaron con tres enterradores. “Nos dijeron que, tras la guerra, cuando preparaban tumbas o realizaban otros trabajos sacaban botas militares, pistolas, cascos…”, apuntó. La necesidad de hacer más enterramientos hizo que los cuerpos “acabaran revueltos o en el osario, con la misma suerte que seguramente tuvieron José Valls y Messeguer”. Aunque no descarta que parte de los cuerpos permanezcan en una fosa.
Para Matías Alonso, el portavoz del GPRMH, este descubrimiento es “un ejemplo” de la importancia de este tipo de trabajos “y de cuánto queda por estudiar y descubrir”. “Son 72 soldados que ganaron la guerra y que están ahí ignorados, han tenido el mismo castigo vencedores y perdedores”, apostilló. Alonso explica que las fechas en las que murieron (probablemente en una ofensiva local) ya había entrado en combate la llamada Quinta del Biberón, por lo que podría ser que todavía haya algún familiar buscándolos. Por ello van a publicar todos los nombres en su página web.
“Ganadores y perdedores tienen el mismo castigo”, dice Matías Alonso
La importancia de que se difundan estos nombres quedó patente en la rueda de prensa ofrecida ayer para presentar las conclusiones de estos trabajos de exhumación. Cuando Mesquida exhibió los nombres de los ocho vecinos que murieron en el bombardeo, una mujer levantó la mano porque leyó en el listado el nombre de su bisabuelo. “Sabíamos que murió así, pero no dónde estaba”, dijo después. Matías Alonso mostró, no obstante, su decepción porque los trabajos de exhumación no hayan dado finalmente con los cuerpos de los fusilados.
Entre los próximos objetivos, el GPRMH, que llevará a cabo una acción didáctica mediante un campamento para enseñar lo que hay por la zona de El Toro, está pendiente de finalizar los trabajos del soldado desconocido de esta localidad castellonense, así como de “acabar la vergüenza de la actitud oficial en Valencia contra Teófilo Alcorisa y sus familiares, ya que el Ayuntamiento lleva cinco años sin querer dar los restos de este fusilado en 1947”, recordó Alonso.
“Estoy agradecida por lo que se ha hecho”
Antonia Valls, la hija del fusilado José Valls, esconde la desilusión porque los trabajos de exhumación, que ella misma presenció, no han dado con el cuerpo de su padre. "Estoy muy agradecida, es una pena, pero se ha hecho lo que ha podido", dijo ayer tras la presentación de los resultados de este proyecto. "Lo habéis intentado y no ha podido ser, entendemos que los huesos se removieron en algún momento", dijo otra familiar presente en el acto.
Los representantes del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica (GRMH) hablaron ayer de la complejidad de estos trabajos que, en principio, iban a ser fáciles. El portavoz, Matías Alonso, recordó que estaban seguros de que José Valls y Luis Meseguer estaban en un cuadrante junto a una columna de nichos porque así se lo dijo en su día el enterrador a Antonia. No había posibilidad de engaño, porque el sepulturero era un familiar.
Pero pronto comenzaron a perder la esperanza. En la zona cavada comenzaron a salir cuerpos de años posteriores. Hasta un total de 17. Ninguno presentaba signos de muerte violenta, pero aun así se mandó a analizar a Madrid muestras de 15 de ellos. El grupo tenía las esperanzas puestas en los restos del que llamaron 'individuo 3.004'. "Por el margen de edad y otros factores pensamos que podría ser él, aunque no tuviera marcas de violencia", explicó el director de los trabajos, Miguel Mesquida. Por ello se realizó una nueva prueba de ADN con su hija. Los resultados fueron concluyentes: "No encajaba con José Valls".
El caso de José Valls fue conocido porque fue el primero que se inició gracias al 'crowdfunding' o micromecenazgo. El Gobierno retiró las ayudas cuando se iban a iniciar los trabajos. Alonso recordó ayer que lograron recaudar más de 9.000 euros en mes y medio. También los participantes en la exhumación, un grupo de 15 personas, trabajaron de forma voluntaria y fueron alojados por vecinos del pueblo. "Ha sido todo un ejemplo por la solidaridad de la gente", dijo.
Los familiares esperan ahora poder hacer un simbólico homenaje en septiembre con la instalación de una placa que recuerde el fusilamiento. Desde el GRMH denunciaron ayer que el nuevo alcalde de Borriol, Ivan Pauner, estaba poniendo trabas a este acto. Finalmente, indicó un edil socialista presente, podrá realizarse como estaba previsto.
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