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análisis

Muros fronterizos e inmigración ilegal

Construir muros o poner verjas en las fronteras no es la mejor solución que podemos encontrar para frenar la inmigración ilegal

Una frontera no es sólo una línea divisoria entre dos o más países, sino también un lugar de confluencia entre territorios y poblaciones contiguas que se materializa a través de una cooperación transfronteriza eficaz. Sin embargo, las noticias nacionales e internacionales nos presentan casos de personas que tratan de abandonar sus países, sin importarles el poner en riesgo su integridad física o su propia vida con tal de encontrar en otros lugares un nuevo hogar que les brinde mejores oportunidades.

En la reciente cumbre entre la Unión Europea y África se analizó la necesidad de cooperar para combatir la inmigración irregular. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿Esas declaraciones representan una voluntad política real?, ¿Podemos encontrar una solución al problema de la inmigración ilegal construyendo muros y verjas?

A lo largo de la historia hemos construido diversos muros con la finalidad de aumentar nuestra inexpugnabilidad y de demostrar nuestra soberanía. Pero en un mundo globalizado, las fronteras y los muros van cayendo porque los problemas son transnacionales y nos afectan a todos. Me gustaría indicar que existen muros que deben ser restaurados porque son positivos para la humanidad (la Muralla de Victoria y Gasteiz), muros que han sido cuestionados en la legalidad de su construcción (el Muro construido por Israel en los territorios palestinos ocupados) y, respecto del cual, entidades internacionales como la Corte Internacional de Justicia han evidenciado su rechazo. Finalmente hay muros que cayeron y generaron un gran cambio en Europa y en el mundo (el Muro de Berlín).

El 9 de noviembre de 2014 se cumplen 25 años desde que cayó "die Berliner Mauer" (Muro de Berlín) y se produjo un importante cambio en el escenario internacional. Pero en la memoria del pueblo alemán siempre quedaran aquellas 192 personas que murieron al intentar escapar en busca de la libertad y de sus sueños. Buscando dar una respuesta al control de la inmigración ilegal, algunos países europeos están tratando de cerrar sus fronteras mientras otros promueven una migración cualificada. Sin embargo, vivimos en un mundo en donde los grados de bienestar y de desarrollo son relativos y ya no podemos seguir indiferentes ante la inobservancia de los derechos fundamentales de las personas.

Consideramos que el construir muros o poner verjas en las fronteras no es la mejor solución que podemos encontrar para frenar la inmigración ilegal. Tal vez la solución la podemos encontrar en la creación de polos de desarrollo en los países de donde proceden dichas personas. La creación de dichos polos no tiene porque ser incompatible con los intereses de la UE que necesita de nuevos aliados y mercados para repotenciarse.

Antonio Manrique de Luna Barrios es profesor de Derecho Internacional Público & Organizaciones Internacionales en la Universidad de Deusto.

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