La eficacia limitada como válvula de escape

Los convenios de eficacia limitada no gustan a casi nadie. Donde esté uno de carácter general, que adquiere rango de ley y es de aplicación total, los de eficacia limitada, en el caso de los sectores, dan mucha guerra. Para que se aplique hay que ir empresa a empresa, y las adhesiones son trabajador a trabajador. Lo habitual es que si mejora las condiciones pasadas, prácticamente todo el mundo lo firme. Pero también es, por definición, más difícil de gestionar. El caso es que hay momentos en los que los convenios sectoriales de eficacia limitada, pueden acabar convirtiéndose en la única manera de crear un suelo amplio de condiciones en el ámbito laboral vasco. La firma de convenios de eficacia limitada puede operar como una válvula de escape de una situación absolutamente atascada, un año después del fin de la ultractividad.

La patronal alavesa SEA apuesta por un convenio sectorial, aunque sea de ese tipo y ha dejado en manos de las fuerzas sindicales, UGT, CC OO y LAB la posibilidad de hacer las combinaciones necesarias para que salga adelante. En Bizkaia la patronal Cebek no lo tiene tan claro aunque si Álava da el paso y unos y otros abren la espita, es posible que siguieran la estela, y en Gipuzkoa, de momento, la patronal sigue a la espera de que el Tribunal Supremo decida sobre los recursos que han remitido los sindicatos para comprobar si el convenio provincial está o no vigente. De momento han firmado dos de eficacia general, el de artes gráficas con CC OO, LAB y UGT y el de Alojamientos con CC OO y ELA.

Las batallas entre

En Álava y en el resto de los territorios la batalla entre agentes sociales por tomar posiciones en la nueva época que ha abierto la reforma laboral se ha complicado por las batallas internas que libran unos y otros. La marcha de la secretaria general de Confebask Nuria López de Gereñu ha destapado las preferencias de cada organización por un nuevo modelo descentralizado que dé más poder a las territoriales, y por lo tanto menos control político al PNV. De forma paralela los sindicatos apenas si mueven ficha, por miedo a perder posiciones en la foto casi invariable de su representación y que mantiene a ELA como sindicato mayoritario a CC OO como segunda fuerza, a LAB en la tercera posición y a UGT como el cuarto de los grandes.

Sólo UGT ha dicho claramente que firmaría convenios de sector en minoría

Las elecciones sindicales seguramente no van a variar sustancialmente ese esquema, pero ni unos ni otros quieren dar pasos arriesgados. ELA porque no cree en los convenios de sector, y CC OO y LAB porque se juegan el segundo puesto. De momento sólo UGT se ha mostrado abiertamente favorable a firmar convenios de eficacia limitada en el Metal. CC OO subraya más las complicaciones que tiene que sus ventajas, y descartado ELA, LAB no acaba de dar el paso de separar claramente y sin vértigo su vertiente sindical de la política. El planteamiento de la patronal alavesa es el mismo que funcionó en una gran empresa como Mercedes Vitoria, flexibilidad a cambio de mejores condiciones, para adaptarse a los ritmos del mercado. La planta de Mercedes de Vitoria ha sobrevivido gracias a ese tipo de convenios los años críticos de 2004 y 2007 y en 2011 el nuevo convenio que ha permitido sacar adelante la planta se firmó con el 51% del comité (UGT, CC OO, USO y Ekintza) de empresa frente a ELA y LAB y CGT.

Mercedes ha sobrevivido

La flexibilidad fue el argumento de los defensores del no. El caso es que la situación no avanza en el terreno laboral y la fotografía es cada vez más complicada en Euskadi. Entrando ya en el ecuador de la legislatura, el Gobierno vasco sigue sin dar ningún paso —ha dicho que lo hará tras el verano— para convocar a los agentes sociales en torno a la Mesa de Diálogo Social. La anunciada ausencia de ELA y la más que posible de LAB, dejaría el foro en manos de la patronal y de UGT y CC OO. Reventado el nuevo Procedimiento de Resolución de Conflictos (PRECO) y en pleno proceso de elecciones sindicales, la reforma laboral sigue avanzando en línea con las preferencias de ELA al trasladar al ámbito de la empresa el escaso margen de acuerdo y consolidando el control de las condiciones laborales en manos de los empresarios.

CC OO remarca las dificultades de sellar acuerdos de sector

El fin de la ultractividad ha hecho crecer la conflictividad y con esa postura pierden unos y otros, pero son las patronales quienes tienen el control del ritmo, ya que el coste de la vida sube pero las condiciones siguen congeladas. Sin ultractividad sine die están en condiciones de apretar las tuercas o esperar, y en una situación como la que viene, de ligero crecimiento, pero de inminente creación de empleo, los nuevos trabajadores que se incorporen a las plantillas pueden ser los nuevos paganos al entrar con contratos anclados a convenios de ámbito estatal, al Estatuto de los Trabajadores.