Los Mossos detienen a una banda muy violenta de extorsionadores
Los acusados pretendían matar a un empresario y secuestrar a un médico
Cuando los Mossos actuaron por primera vez contra esta banda de extorsionadores, en 2011, bautizaron la operación como Tarantino, por la violencia extrema y gratuita que usaban. A los implicados parece que les gustó el apodo policial. Casi tres años después, el 18 de junio, cuando la policía detuvo a ocho miembros de aquella misma banda comprobó que algunos usaban el nombre del director de cine como apodo. Los Mossos les acusan de formar un grupo criminal dedicado a extorsionar, lesionar, detener ilegalmente y tratar de matar a sus víctimas, además de traficar con drogas y tener armas sin permiso. Esta vez la operación ha sido bautizada como Reservoir Dogs, la primera película de Tarantino.
La investigación arrancó con la denuncia de un hombre que había puesto un vehículo a la venta en la página web Mil Anuncios. Convencido de que los compradores eran inofensivos, el hombre acudió a la cita, el pasado 24 de abril, con los interesados acompañado de sus dos hijos menores de edad. Pero la cosa se complicó. Los acusados le abordaron, le forzaron a entrar en el coche y le trasladaron a su casa en Barcelona para que les diese todo su dinero, explica el inspector de los Mossos Jordi Domènech.
Luego le llevaron a un cajero automático para que sacase más dinero, y después a Lleida, donde la víctima tenía una tienda de compraventa de vehículos. Pretendían obtener más efectivo aún, y le hicieron firmar un contrato de compra de dos coches más.
Los Mossos constataron entonces que se trataban de la misma banda contra la que actuaron en 2011. Personas todas de origen español, de entre 25 y 45 años, vinculados al mundo de la noche. Amenazan a los propietarios de las discotecas, a los que les dan a elegir entre contratarles como vigilantes o que ellos sean quienes armen alboroto en sus locales. Los empresarios suelen elegir la primera opción, según fuentes policiales.
La investigación se precipitó en junio, cuando fruto de las escuchas telefónicas, la policía supo que los implicados estaban planeando el secuestro de un médico, y el asesinato de un empresario de Santa Margarida i els Monjos (Garraf). Al médico tenían la intención de extorsionarle; al empresario, vinculado al mundo de los tatuajes, planearon obligarle a cambiar todos sus bienes de nombre —acababa de recibir una herencia de unos 200.000 euros— y ponerlos al de los acusados, para luego matarle.
“Usaban una violencia extrema”, explica el inspector Domènech. La policía cuenta con grabaciones en las que los detenidos hablan de cortarles los dedos a las víctimas. En la primera operación, los agentes escucharon cómo dijeron a una de ellas: “Cava tu propia tumba, tenemos una pistola cada uno y te vamos a rajar”. En otro caso, llevaron a la víctima a un piso en Montgat, para exigirle una deuda. A su lado había en una silla otra persona, atada y con la cabeza tapada con una bolsa de plástico. Otro moroso, le advirtieron.
En los registros, los Mossos encontraron drogas, un arma con silenciador, una escopeta táser, placas de policía, e incluso un chaleco que uno de los detenidos había obtenido de un curso de criminalística forense, para hacerse pasar por policías si era necesario. El juzgado de instrucción 3 de Barcelona ordenó el ingreso en prisión de cinco de ellos.
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