El despido en Lugo de todo el comité de empresa agrava la huelga de basuras

Tras casi tres semanas de huelga en Urbaser, la concesionaria de basuras de Lugo, empresa y trabajadores están enzarzados en disputas estériles y el malestar de los vecinos por las toneladas de residuos que se acumulan en las calles va a más. La plantilla de Urbaser solo sale a recoger los desechos en puntos señalados por riesgo sanitario, mientras que la dirección de la adjudicataria apuesta por tensar aún más la cuerda con el despido de los 11 miembros del comité de empresa y las sanciones a 66 trabajadores por incumplimiento de los servicios mínimos. Al tiempo, la Guardia Civil investiga si el incendio de un camión de Urbaser en el municipio lucense de Vilalba tiene relación con la protesta y la policía local de Lugo busca al autor del fuego en una docena de contenedores.

 El próximo lunes se cumplirán, si antes no se remedia, tres semanas desde que la plantilla al completo, de 139 trabajadores, convocó un paro indefinido para exigir que se les consolide una paga de 600 euros y se les actualice el IPC congelado en los tres últimos años. Los trabajadores se niegan a sentarse con la empresa hasta que no se readmita a los despedidos y se suspendan las sanciones. Urbaser plantó dos veces al comité y el jueves fueron los representantes de la plantilla los que no acudieron a la llamada de la filial de ACS.

La irrupción de empleados de Tragsa para retirar la basura acumulada ha bajado a 500 las 900 toneladas de residuos que desbordaron los contenedores en la fiesta del Arde Lucus, a mediados de mes, cuando los huelguistas incumplieron los servicios mínimos del 100% que les impuso el gobierno local. El personal de Urbaser solo recoge desperdicios en unos 50 “puntos sensibles” del centenar que le indica la empresa.

La secretaria de la Federación de Servizos de la CIG, Carmen Antas, desveló ayer que durante la noche y la madrugada del jueves al viernes salieron camiones de Urbaser escoltados por la policía nacional a recoger basura. Antas ha denunciado en la comisaría que la concesionaria está “contratando personal para sustituir a los huelguistas, si no está trayendo trabajadores de otras concesiones”.

Desde el Ayuntamiento de Lugo, presidido por el socialista Xosé López Orozco, se abre incluso la puerta a una posible municipalización del servicio, a la que se opone el PP. El portavoz popular, Jaime Castiñeira, alerta de que esta medida supondría la conversión de los empleados de la concesionaria en funcionarios “sin pasar una oposición”. La próxima semana termina el plazo que ha dado el gobierno local a la empresa, que puede presentar alegaciones. El equipo de Orozco asegura que los pagos a Tragsa para que retire basura se descontarán del canon con el que se hace frente a esta concesión y que alcanza siete millones de euros al año.

El conflicto laboral ya transciende las fronteras de la urbe lucense. La Unión de Consumidores de Galicia y el Consello Galego de Consumidores han enviado una carta al alcalde en la que solicitan la “reinstauración inmediata del servicio”. En un comunicado, ambas entidades advierten de que “el derecho a la salud que la Constitución reconoce a las personas consumidoras corre serio peligro de verse conculcado en un contexto en que toneladas de basura y material orgánico se acumulan en las calles de la ciudad amurallada”.

El presidente de la Federación Gallega de Comercio, José María Seijas, subraya el daño a la imagen de Lugo en vísperas de que se inicien las rebajas de verano. Seijas se muestra preocupado por que la basura en las calles aleje a los consumidores aún más de los comercios. “Esto se les ha ido de las manos al Ayuntamiento y a la empresa”, lamenta el portavoz de los comerciantes.

Parte de los trabajadores, que no ven mal un rescate de la concesión por parte del gobierno municipal, piensa que el estancamiento del problema en Lugo viene inducido por Urbaser. Según estos huelguistas, la filial de ACS evita ceder en su postura para que no se extienda el conflicto a otras localidades donde presta el mismo servicio municipal. De hecho los empleados de Urbaser en Santiago, donde esta empresa también es adjudicataria de la recogida de basura, amenazan con convocar otra huelga coincidiendo con las fiestas del Apostol en julio.