La primavera que acaba ha sido la más seca de los últimos 20 años
La temperatura registrada ha sido 1,2 grados superior a la media de la estación
A falta de 24 horas escasas para que comience oficialmente el verano, la Comunidad Valenciana cierra la primavera más seca de los últimos 20 años, según explicó ayer la Agencia Nacional de Meteorología. Con temperaturas medias que llevan meses superando las habituales y con unas lluvias acumuladas entre el 1 de septiembre de 2013 y el 15 de junio actual un 67% menores de las esperadas, la Generalitat adelantó el plan de prevención de incendios al mes de mayo ante la previsión de que este sea un verano ardiente.
La Agencia Nacional de Meteorología (Aemet) presentó ayer el avance climatológico de la primavera 2014 en la Comunidad Valenciana y el análisis de los datos confirma los temores que ya expresaba el mes pasado José Antonio Nuño, fiscal coordinador de incendios: “Cualquier chispa puede provocar un incendio colosal”.
La Comunidad Valenciana ha registrado una primavera climática (de marzo a mayo) muy cálida, con una temperatura media de 14,8 grados, 1,2 más de lo normal para el periodo. Por capitales, la que más ha superado su media ha sido Castellón, llegando a los 17,2 grados, seguida de Valencia (17,7) y Alicante (17,5).
El número de incendios será el doble que en 2013 si se mantiene la frecuencia actual
En los cuatro primeros meses de 2014, se han producido 202 incendios forestales, una media de 50 fuegos al mes. De continuar a este ritmo, a finales de año se habrán producido casi el doble de incendios que el año pasado, 606 fuegos frente a los 349 producidos en total en 2013. A este dato hay que sumar los 600 incendios rurales producidos hasta abril que requieren un dispositivo de extinción similar. Ante estos datos, la Generalitat decidió el pasado 15 de mayo adelantar la campaña de Prevención porque las cifras que hacen temer lo peor.
Desde entonces, varios han sido los fuegos que han asolado los montes valencianos: 40 hectáreas en el Montgó, 25 hectáreas en Llombai, 83 hectáreas en Marines, 69 más en Calles, Chiva, Cocentaina, Alzira... Ningún rincón queda exento del riesgo de incendios, establecido de forma diaria por el 112 y publicado por la Consejería de Gobernación.
Las zonas que más riesgo suponen se encuentran en la llamada interfaz urbano-forestal por la cercanía de las urbanizaciones a las áreas boscosas. Una quema agrícola descontrolada en Calles y unas prácticas de tiro en la base militar de Marines fueron las causas de sendos incendios que obligaron a desalojar a 200 vecinos el pasado 14 de mayo. Poco más tarde, el 22 de mayo, Pedralba desalojaba una urbanización ante la cercanía de un incendio. Hace una semana, el fuego en el paraje de La Vallesa, entre Paterna y Riba-roja obligaba a desalojar 400 chalés y reducía a cenizas 30,65 hectáreas.
“La hipótesis de que el fuego se lleve por delante un pueblo entero es muy posible”, alertaba hace un mes el fiscal coordinador de incendios forestales de la Audiencia Provincial de Valencia, José Antonio Nuño.
Para tratar de evitar que esto ocurra, la Generalitat Valenciana ha editado la Guía de planificación preventiva en la interfaz urbano-forestal, un documento dirigido a "propietarios, instituciones, gestores y entidades de protección civil", en el que hay dos tipos de actuaciones fundamentales. Unas están orientadas a que "el fuego no se inicie", centrándose en la reducción de combustible, y otras a "reducir el peligro" con la accesibilidad de la red de puntos de agua, la señalización o los refugios. Además, cada Ayuntamiento deberá contar con un plan contra incendios propio.
El informe de Aemet refleja que esta no ha sido una primavera con los característicos “vaivenes térmicos”, sino con una temperatura media que ha estado mayoritariamente por encima de lo normal, especialmente desde inicios de abril hasta mediados de mayo. La comparación de los registros históricos de la Agencia Estatal de Meteorología muestran que el pasado mes de abril ha sido el más cálido desde que se registran datos en los observatorios de Valencia (1869) y Castellón (1912). El 10 y 11 de mayo fueron los más cálidos, alcanzando los 36,9 grados en Carcaixent (Valencia).
Las precipitaciones, escasas y puntuales, pintan un escenario complicado de cara al verano. La primavera ha sido muy seca, con ausencia de lluvias significativas en toda la Comunidad Valenciana y solo algunas tormentas de corta duración como la granizada del 25 de mayo en Vilafranca (Castellón), donde se llegaron a recoger 110 litros por metro cuadrado en dos horas.
El informe de la Agencia Estatal de Meteorología revela que las zonas más secas han sido Utiel-Requena y Alicante, coincidiendo con dos importantes denominaciones de origen vitivinícola valencianas. La Unió de Llauradors advirtió ayer de que la cosecha de uva para la próxima campaña se reducirá en un 50% por los efectos de la sequía sobre las zonas productoras.
Los agricultores explicaron que la sequía y la “marchitez fisiológica” de la variedad bobal, predominante en la Zona de Utiel-Requena, han provocado una combinación “fatídica” que ha afectado a cerca del 70% de la cosecha. En cuanto a la Denominación de Origen de Alicante, la organización estima que la producción será prácticamente la mitad de la campaña anterior.
Los datos de Aemet muestran que el año agrícola (desde el 1 de septiembre hasta el 15 de junio), han sido los nueve meses más cálidos y más secos de la serie. La precipitación media acumulada ha sido de solo un tercio de la esperada lo que ha producido un déficit del 67% (155,4 litros recibidos frente a los 475,6 habituales).
Los analistas confirman que este periodo ha sido el más seco de la serie histórica. Por capitales, según los datos de los observatorios, 2014 ha sido en Valencia el año agrícola más seco desde 1864, en Alicante desde 1857 y en Castellón desde 1911.
A la vista de estos datos, y preguntado sobre si la Comunidad Valenciana se encuentra en una situación de sequía, el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología, Jorge Tamayo explicó ayer que desde el punto de vista meteorológico este término suele asociarse erróneamente con un periodo de lluvias muy por debajo de lo normal. Tamayo explicó que la Comunidad Valenciana “sí está en un periodo de sequía meteorológica, pero no de sequía hidrológica” porque están afectados los cultivos de secano pero el suministro de agua no se ha visto perjudicado.
“No podemos hablar de una sequía de las que secan las fuentes”, ha incidido Tamayo, que recordó que en los años 80 sí hubo varios años con lluvias por debajo de lo normal, algo que por el momento no ocurre. “El clima mediterráneo tiene años de vacas flacas, es típico”, agregó.
El jefe de climatología, José Angel Núñez, subrayó que el actual es “un escenario de cambio climático incuestionable” en el que, cada vez se dan con más frecuencia fenómenos extremos de temperaturas altas, de forma más acelerada desde el último cuarto del siglo XX. Los analistas de Aemet prevén que este verano sea “un poco más caluroso y un poco más lluvioso” de lo habitual.
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